Se Extiende el Problema de Transgénicos a la Apicultura Chilena
¿Quién paga los daños del polen transgénico?, preguntan apicultores
Estiman que lo correcto sería que los causantes directos del daño, que son los multiplicadores de semillas genéticamente modificadas o el Estado, que no veló por esta situación, asuman las millonarias pérdidas.
Los apicultores, a través de Biomiel Octava Región y la Red Nacional de Apicultores, ambas entidades presididas por el penquista Marcelo Rodríguez, reconocieron la gravedad e impacto que causa al rubro la “contaminación” de miel por polen transgénico, que pese al desconocimiento que señala tener el Servicio Agrícola y Ganadero, se ha detectado en al menos un caso en la zona central y que tiene en alerta a todos los productores del país.
El directivo señaló que este hecho, que se resume en que abejas recolectan polen en plantaciones transgénicas autorizadas en Chile para exportación, sumado a la determinación de la Unión Europea tomada este martes, de aplicar un régimen especial a la miel que contiene polen de maíz transgénico, puede significar un tremendo costo económico para los productores cuya miel haya sido expuesta a polen genéticamente modificado.
Rodríguez señaló que como en Chile se ha determinado no entregar información sobre los predios que producen semillas transgénicas para la exportación, los productores no tienen ninguna responsabilidad, ni siquiera conocimiento, si están siendo expuestos al polen modificado.
Por ello estiman que tampoco deben ser los apicultores los que deban asumir los costos de este problema, que es causado por los multiplicadores de semillas transgénicas y por el Estado. Los costos de esta situación se reflejarán en la baja de precios de exportación, que están en un alto valor histórico cercano a los US$ 4 debido a la escasez de miel y también los costos que implicará hacer un sistema de análisis y exámenes de laboratorio, con un sistema confiable de contramuestras.
El representante regional y nacional de los apicultores señaló a LA DISCUSIÓN que se reunirán la próxima semana con el ministro de Agricultura y el director de Odepa, para analizar la situación. También durante esta semana han estado en consultas y están analizando el fallo de 50 páginas del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, luego de lo cual emitirán la próxima semana un comunicado de prensa refiriéndose en detalle a este problema y sus consecuencias.
Ñublensinos en alerta
Productores de miel de la provincia , como Juan Carlos Maturana de Coihueco, que se encontraba en Santiago, donde constató que las exportaciones chilenas de miel están congeladas por este problema, y el chillanejo Oscar Padilla, vicepresidente de Biomiel, reconocieron la situación como un problema grave y consideraron prudente la determinación del gremio de hacer un análisis más completo antes de referirse al tema en profundidad.
Dieron cuenta de un fallo pendiente de la Corte de Apelaciones por un recurso de la multinacional Monsanto, gigante mundial de la producción transgénica, sobre la legalidad de entregar información de la ubicación de predios en que se multiplican semillas de esta tecnología para la exportación.
El presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, Fernando Serrano, se mostró partidario de más transparencia de la ubicación de los predios que están produciendo transgénicos, sino pública, al menos que sea entregada a productores y apicultores vecinos.
Paraíso transgénico
El dirigente agregó que la indefinición de Chile en este tipo de temas ha hecho que el país se convierta en el “paraíso de los multiplicadores de semilla transgénica”, donde la legislación les permite producir y a la vez les resguarda los intereses, ya que el país, al no permitir la producción agrícola transgénica, no les filtra material de su autoría intelectual para que pueda ser distribuido por terceros.
Consultado si en este aspecto veía algún trazo irregular, Serrano manifestó que hay vacíos que deja la indefinición que ha tenido el país para legislar en estos temas. Cabe señalar que el país ha adoptado un estándar cuestionable, ya que no permite a los agricultores cultivos transgénicos, a excepción de semillas de exportación, y deben competir con productos “comodities” como maíz, que puede ser de ese origen, lo que resulta una competencia desleal. También está permitida la importación de alimentos que contienen materia prima transgénica, como aceites, soja, maíz y otros, lo que justifica una legislación que regule la situación de los productos modificados genéticamente.
Comentarios