La Okra Generalidades del cultivo La okra es una planta tropical similar al algodón, que necesita amplio espacio para la siembra y cuya vaina es cosechada cuando la fruta aún está blanda y no ha madurado. Posee pequeñas flores de color amarillo, con centro púrpura, visible durante solo un día. La cosecha se realiza frecuentemente, por lo menos cada dos días para evitar que las vainas se pongan duras y fibrosas rápidamente. Su crecimiento se desarrolla de mejor forma en un clima con temperatura entre 18 y 35 grados Celsius, típico en la región sureste de EEUU, así como México, Centroamérica y ciertas regiones de África. El proceso de siembra involucra remojar las semillas toda la noche para acelerar la germinación. Dado que no suele germinar en climas fríos, se debe sembrar después de la época lluviosa. La okra es una planta alta cuyo proceso desde la germinación hasta la cosecha tarda dos meses. La okra es disponible en todo el año, con mayor oferta entre junio y agosto. Esta planta se
Ventaquemada Cocinas tradicionales en la Puerta de oro de Boyacá Un reto para la seguridad alimentaria local Por: Luisa Acosta Desde muy niñas Carmen y Amparo Muñoz aprendieron el trabajo del campo: levantarse a eso de las tres de la madrugada y ocuparse de los múltiples oficios de la casa. Más tarde, salir de la vereda de Choquira y caminar cerca de dos horas hasta la Cuchilla de los Andes, un pico montañoso que desemboca en el Páramo del Rabanal. Allí, en medio de la montaña, montar el fogón de leña con dos estacas de madera y colgar una olla grande sobre el fuego. “En una hora tocaba entregar el almuerzo. Lo ponía a las once y a las doce tenía que entregarlo, una hora pa´ cocinar para 18 obreros. Un bulto de papa, más o menos. Allá, no se llevaba sino papa salada y costilla de chivo. A la papa le echaban agua y un poquito de leche. Y la costilla de chivo la echaban encima de las papas, pa´ que tuviera sabor la papa, y a lo que estuviera la papa, entonces se sacaba la costill
El experimento viola la moratoria de 193 países de la ONU CIUDAD DE MÉXICO, CIUDAD DE DAVAO, MONTREAL, 11 de mayo — En una acción inusitada, un pequeño grupo de geoingenieros australianos violó una moratoria internacional contra la geoingeniería. Para disimular la falta, presentaron esta tecnología de geoingeniería —blanqueamiento de nubes para reflejar la energía solar— como si fuera un plan para salvar la Gran Barrera de Coral. El experimento, realizado por investigadores de la Universidad de Southern Cross en Nueva Gales del Sur, se presenta como un intento de reducir las temperaturas locales del océano y frenar el blanqueamiento de los arrecifes de coral. Pese a ser en pequeña escala, la prueba sienta un precedente muy peligroso para legitimar el despliegue de tecnologías de geoingeniería solar, que podrían tener efectos altamente perjudiciales e impredecibles sobre el clima. A primera vista, no parece gran cosa: unos cuantos tecnólogos en un barco frente a la costa
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