Tejiendo la Vida ...


Tejiendo la vida,…
construyendo alternativas1.
“…es una escuela sin aulas y en donde los maestros son los que saben sembrar, cuidar y cosechar en comunidad… la próxima sesión de la universidad campesina ha de ser sobre energía alternativa”
 “… la propuesta es el trabajo colectivo, en donde todos contribuimos” 


...frases suyas que llegaban a mi cabeza durante la ceremonia en la que lo despedíamos. Eduard se hizo parte de La Comunidad de Paz hace quince años y desde entonces no se despegó de ella… se quedó allí junto con los campesinos construyendo alternativas de vida para la gente a pesar de las consecuencias de la represión y la guerra sucia que ha traído la decisión de defender la tierra, la dignidad y la esperanza.
Una de esos espacios creados para la reflexión y la formación es la Universidad Campesina que La Comunidad describe como “un recorrido interesante el que hemos hecho, donde nuestros principios por la vida, por la no impunidad, por un mundo diferente los seguimos reafirmando y con ganas de intentar vivirlos diariamente. Por ello la Universidad Campesina sigue sin aulas desde las comunidades, con facilitadores, en un diálogo de saberes y donde accede cualquier miembro de las comunidades con el único requisito de su compromiso comunitario y opción por un mundo alternativo”2.
Eduard hablaba con mucho entusiasmo de la Universidad, y es que se veían los resultados.
El intercambio de saberes entre las personas que participaban, cada una con experiencias de vida duras muchas y maravillosas otras, así como con deseo imparable de trasmitirlas, hacen del encuentro de abril del 2011 una sesión especial, no solo porque recordamos que fue la última en la que él estuvo facilitando y coordinando, sino porque adicional a la abundante cosecha de saberes y sabidurías con que allí nos deleitamos, se dio origen a nuevos procesos de organización alrededor de la soberanía alimentaria.
Por ejemplo Lucía, integrante de un consejo comunitario en el pacífico, invitada que apenas iniciaba su formación para la organización, solo tuvo con esta sesión animada por Eduard y la Comunidad, para emprender una huerta colectiva en su territorio; la misma que a lo largo de un año ha sido el escenario fértil, para la reflexión y la reconstrucción del tejido social roto y desangrado por años de guerra en el lugar. A partir de esta siembra y la cosecha de alimentos, el cuidado e intercambio de las semillas criollas, así como el debate en torno al territorio, la soberanía alimentaria, los derechos étnico territoriales, se han iniciado más de una decena de huertos colectivos en una red que involucra ahora a otras veredas.
Sembrar para la esperanza, algo casi imposible de imaginar, en contextos de guerra y violación de derechos humanos como los que enfrentan estas comunidades, ha sido uno de los dulces frutos de la Universidad Campesina. El temario? De él hacen parte recorridos que van desde la memoria hasta los sueños de la organización, las dificultades y retos que se han enfrentado, las propuestas de soberanía alimentaria en gestación y aquellas ya maduras, los procedimientos para el mejor hacer en donde se discute sobre cómo lograr un trapiche productivo para la colectividad, procesar y deshidratar la fruta para su conservación, seleccionar, cuidar e intercambiar las mejores semillas, producir sin agroquímicos y abonar orgánicamente hasta la reflexión sobre el entramado mundial del que se descuelgan las políticas y leyes de despojo y privatización de las semillas, de la vida y el territorio. Es una escuela de vida, así como Eduard vivió y compartió la suya. “Repicando y andando en la posesión”, haciendo parte del trabajo colectivo, desatando el ánimo para continuar y repartiendo fortaleza en los peores momentos de represión, haciendo profundas reflexiones sociales y jurídicas sobre la lucha contra la impunidad y la búsqueda de la verdad y la justicia y buscando alternativas productivas para la vida colectiva y de armonía con el medio ambiente.
Él, como La Comunidad, también tuvo que enfrentar la más dura persecución del estado por sus ideas y su trabajo; fue incluido como objetivo de la inteligencia ilegal de organismos de seguridad como se comprobara después en los archivos de inteligencia del DAS, que se desarrolló para “neutralizar y restringir el accionar de sus blancos”3. A su familia, a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó y a sus amigos, todo el reconocimiento por haber sembrado y cultivado a Eduard: semilla de libertad y dignidad que se dispersa en innumerables huertos de la esperanza.

1 Relatos breves de las experiencias y aprendizajes al paso del acompañamiento jurídico del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo.
2 Ver: http://cdpsanjose.org/?q=node/16
3 Ver: http://www.colectivodeabogados.org/Seguimientos-ilegales-DAS
Por: Dora Lucy Arias Abogada

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