México debe mantenerse en UPOV 78 y NO adherir al convenio UPOV91

Ante la eventual renegociación del Tratado Transpacífico sin EUA en Vietnam con la asistencia de Peña Nieto  y la Quinta ronda de negociaciones del TLCAN, que será en la CDMX, con reuniones sobre propiedad intelectual, entre otros temas, demandamos que:  
México debe mantenerse en UPOV 78 y NO adherir la versión 1991 del Convenio UPOV
Con el objetivo de establecer un marco jurídico conveniente para las corporaciones de semillas, el Tratado Transpacífico (TPP) requiere que los países firmantes se adhirieran al Acta 1991 de la Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales (UPOV). El cual considera patentar las variedades y genes y de esta manera se asegurarían los derechos de propiedad intelectual de las empresas sobre este bien común de la humanidad que ha sido preservado por las y los campesinos. El Artículo 18.7.2 así lo señala[1].
El Tratado Transpacífico en su versión II (TPPII) que se negocia sin EUA desarrollará sus negociaciones del 6 al 10 de noviembre en Vietnam. Tanto en esta negociación, como en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se propondrá que los países que no lo han hecho se incorporen al Acta UPOV91. El Secretario de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross Ross ha dicho que el TPP es la base de la renegociación del TLCAN[2].
México firmó el 9 de agosto de 1997 el Acta 1978 de UPOV que si bien reconoce la propiedad intelectual de manera “sui generis”, mantiene el "Privilegio del Agricultor de usar su semilla propia y el Derecho del Fitomejorador", permite el intercambio milenario de semillas y la derivación esencial.
La adhesión al Acta de 1991 tendría profundas implicaciones para México. Se contravienen derechos reconocidos en la Carta Magna y en los tratados internaciones en derechos humanos, en cuanto al limitar el uso y acceso a recursos fitogenéticos y los derechos de los agricultores.
Al prohibir el "Privilegio del Agricultor y el Derecho del Fitomejorador", así como la derivación esencial de variedades se tendrían graves afectaciones a las prácticas milenarias y consuetudinarias de los indígenas y campesinos de producir y usar semillas de sus propias parcelas e intercambiarlas libremente, limitando la diversidad genética, base de la selección autóctona que llevó a las variedades del agricultor a la condición actual para bien de la humanidad. En cambio al patentar las variedades y sus semillas,  se fortalecería en exceso al obtentor.
El Acta UPOV 91 representa el escenario jurídico ideal, para que en el largo plazo, al autorizarse en forma paralela la siembra de transgénicos y contaminarse las variedades nativas, los dueños de esas variedades nativas con los eventos transgénicos patentados serían las corporaciones oligopólicas dueñas de las patentes, lo que representaría el despojo más grave en la historia de la humanidad, además desaparecerían las medianas y pequeñas empresas productoras y comercializadoras de semillas -híbridos y variedades públicas en su inmensa mayoría-. Ante la ley su semilla sería considerada "pirata". El pago de regalías a la industria las haría quebrar.
La incorporación de los diferentes países al esquema del Acta UPOV 91, es una estrategia mundial de las empresas monopólicas para dominar el mercado de semillas. Es el escenario para tener el control de las semillas en paralelo con las leyes de semillas y las oficinas de patentes en cada país, como ya ocurre en países donde tienen el control total.
Las empresas multinacionales han logrado el control en países donde se adquiere semilla cada ciclo. Filipinas se adhirió a la UPOV 1991 y, por lo tanto, tuvo que prohibir el intercambio de semillas y los bancos de semillas para las variedades protegidas, los agricultores tendrían que pagar más de cuatro veces más por las semillas. Una de las razones para usar semilla guardada en el campo o semilla intercambiada con los vecinos es porque no requiere dinero en efectivo en el momento de la siembra, que a menudo no está disponible. Los agricultores de Filipinas señalaron que si se implementaba la UPOV 1991, no habría dinero para las cuotas escolares y no tendrían más alimentos[3].
El Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación (UNSRF) dijo que no se debería obligar a ningún país a unirse a la UPOV91[4]. Noruega se niega a unirse a UPOV91 (y se queda con UPOV78) porque mantiene las semillas más asequibles para sus agricultores[5].
La estrategia de control total de la semilla por parte de las corporaciones que se emplea, en países cuya riqueza en diversidad genética es abundante, como el caso de México, ignora que la biodiversidad es necesaria para enfrentar el cambio climático y es posibilidad para encontrar respuesta a problemas graves ante los retos del clima. El impacto en la reducción de biodiversidad no tendría comparación de lo que ha ocurrido hasta ahora.
Como en el año 2012 nos opusimos al intentó de aprobar en el Congreso mexicano una propuesta de minuta de nueva Ley Federal de Variedades Vegetales (LFVV), que pretendía pasar a México al Acta UPOV 91, afectando el derecho de los agricultores, así como la investigación pública y de los investigadores. Como en ese año, conocemos que se ha mantenido el cabildeo en México y otros países por los oligopolios con la complacencia de autoridades para incorporarlos al Acta UPOV 91.
Las y los abajo firmantes exigimos se detenga cualquier intento de adhesión del Acta 1991 de la UPOV y se solicita que los negociadores de estos Tratados actuen a favor de los intereses de la Nación y no de particulares.
Ciudad de Mèxico a 7 de noviembre de 2017

Adelita San Vicente Tello. Directora de la Fundación Semillas de Vida, AC
Alejandro Espinosa Calderón, UCCS, Coordinador del Programa Agricultura y Alimentación.
Margarita Tadeo Robledo, FESC, UNAM.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Conozcamos Nuestras Semillas - La Candia

Unión Europea Autoriza Venta de Semillas No Registradas a Agricultores Ecológicos