Ventaquemada Cocinas tradicionales en la Puerta de oro de Boyacá Un reto para la seguridad alimentaria local Por: Luisa Acosta Desde muy niñas Carmen y Amparo Muñoz aprendieron el trabajo del campo: levantarse a eso de las tres de la madrugada y ocuparse de los múltiples oficios de la casa. Más tarde, salir de la vereda de Choquira y caminar cerca de dos horas hasta la Cuchilla de los Andes, un pico montañoso que desemboca en el Páramo del Rabanal. Allí, en medio de la montaña, montar el fogón de leña con dos estacas de madera y colgar una olla grande sobre el fuego. “En una hora tocaba entregar el almuerzo. Lo ponía a las once y a las doce tenía que entregarlo, una hora pa´ cocinar para 18 obreros. Un bulto de papa, más o menos. Allá, no se llevaba sino papa salada y costilla de chivo. A la papa le echaban agua y un poquito de leche. Y la costilla de chivo la echaban encima de las papas, pa´ que tuviera sabor la papa, y a lo que estuviera la papa, entonces se sacaba la costill
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