Comunidades campesinas de Montes de María cierran compuertas del Distrito de Riego

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Los bajos niveles de la represa Arroyo Grande en Marialabaja, la falta de acceso a agua potable,  el consumo excesivo de agua por parte de los cultivadores de palma y arroz y la imposibilidad de llegar a acuerdos en las diferentes reuniones convocadas, llevó a las comunidades campesinas el pasado 1 de Mayo a tomar la decisión de cerrar las compuertas e impedir que el Distrito de Riego siga suministrando agua sin ningún control del recurso.
Informe/Equipo de Comunicación Rural de Opds Montes de María-Corporación Desarrollo Solidario
Hasta el lugar llegaron los funcionarios de Usomaria, operador de esta infraestructura, acompañados de la Fuerza Pública con el objetivo de impedir el cierre. Sin embargo, los habitantes de manera pacífica dejaron claro que la decisión estaba tomada y explicaron que no permitirían abrir nuevamente las compuertas hasta tanto no se  llegue a los acuerdos necesarios para el racionamiento del recurso, y se brinden soluciones efectivas y consensuadas para garantizar el acceso al agua y la conservación del embalse.

El nível de agua de la represa disminuye a gran velocidad

Negociaciones fallidas – acuerdos incumplidos
Según las comunidades, ya se han realizado muchos intentos de negociación para evitar esta medida, pero no han habido respuestas oportunas ni soluciones efectivas y  los niveles del agua de la represa siguen bajando de manera acelerada.   Recuerdan que uno de los puntos de la Caminata Pacífica hacia la Gobernación de Bolívar que se efectuó el  año pasado, fue precisamente la problemática de acceso a agua potable y las afectaciones ambientales que tienen en riesgo el Distrito de Riego de Marialabaja.
“Este año nos hemos reunido con los sectores que tienen la concesión de agua, estuvo Usomaria, el sector palmicultor y de los arroceros, tratamos de llegar a una solución pacífica, lamentablemente nos tocó venir aquí a cerrar las compuertas para que nuestras comunidades sean escuchadas” explica uno de los campesinos que lidera esta movilización.
El llamado que hace la comunidad es a implementar un plan de contingencia que controle el uso del recurso agua por parte de los sectores agroindustriales de la palma y el arroz que actualmente se benefician del Distrito.

Imagen tomada el 1 de Mayo antes del cierre de las compuertas.
Agua para la agroindustria
El Distrito de Riego de Marialabaja, uno de los más grandes de Colombia se nutre del agua que llega por gravedad de la alta montaña, y lo componen más de 19.000 hectáreas, se estima que el 82% de esas tierras están sembradas en palma.  Un dato a resaltar es que en el municipio de Marialabaja se han sembrado más de 12.000 hectáreas de este cultivo que demanda un alto consumo de agua; según Usomaría, ente administrador del Distrito, una hectárea sembrada de palma de aceite requiere 5 mil metros cúbicos de agua durante tres meses.
Por su parte comunidades aledañas a la represa, como las 11 veredas de Santo Domingo de Mesa en El Carmen de Bolívar, los consejos comunitarios de comunidades Negras de San Cristóbal y Paraíso en San Jacinto no cuentan con acceso a agua potable. Casos como  el corregimiento de San José de Playón en Marialabaja, actualmente no  cuenta con acceso a agua potable porque por enésima vez la motobomba se dañó, y el verano secó los pocos arroyos y ojos de agua que los surtía. La única fuente que les queda son las aguas de la represa de Arroyo Grande, que a pesar de tener indicios de contaminación por el uso de agrotóxicos deben consumirla y usarla para sus quehaceres (Ver Documental El Campo Tiene Sed).

A pesar de la alerta enviada por las comunidades, el 1 de Mayo seguían saliendo grandes cantidades de agua para regar los cultivos de palma y arroz. 

La situación se hace aún más crítica porque las comunidades rurales donde se encuentra el Distrito no cuentan con acceso a agua potable:
«Estamos sin agua, la bomba que suministra el agua está dañada por más de 15 días, y las administración (de Marialabaja) lo sabía, queremos que se instale ésta bomba de inmediato porque no podemos seguir así; el agua para los monocultivos y las personas padeciendo de agua, no se puede mirar esto desde el punto de vista económico, sino desde el punto de vista humano» dice una habitante de San José de Playón.

“En Palo Altico tenemos que comprar el agua, a mil pesos el caneco, porque no hay agua. En la represa cogemos agua  para bañarse, para lavar, y a veces para tomar. Esto está difícil, si esto no cambia tendremos que irnos de este pueblo, pero no sé para donde vamos a agarrar” expresa con preocupación un adulto mayor que lidera la movilización y quien a la vez recuerda fue una de las personas desplazadas del pueblo donde  precisamente se construyó la represa. “Nosotros somos los dueños de esta Represa y no queremos que ahora siga echando más agua para abajo, porque mire si la tenemos aquí y la dejamos ir entonces vamos a quedar secos todos, es que está muy poquita”.
Otras afectaciones
Los níveles que presenta la Represa son demasiado bajos 

La Represa Arroyo Grande es un medio de comunicación entre diferentes comunidades, actualmente por los bajos niveles que presenta el agua,  los lugares para abordar el transporte fluvial con el que cuentan,  han tenido que ubicarlos en zonas demasiado alejadas afectando la movilización de los habitantes y el transporte de las cosechas que a diario deben salir desde zonas como el corregimiento de Santo Domingo de Mesa en  El Carmen de Bolívar hacia municipios como Marialabaja.
“El sedimento, el lodo que va dejando la sequía de la represa hace muy difícil que podamos sacar nuestra producción agropecuaria, o hacer nuestros mercados en incluso la llegada de los docentes que vienen a dar las clases a nuestro corregimiento” expresó uno de los habitantes afectados por la sequía de la represa y habitante de zona rural de El Carmen de Bolívar.
Se espera que los entes competentes y los sectores de la palma y el arroz puedan sentarse en una mesa y llegar a acuerdos para evitar que la Represa de Arroyo Grande siga disminuyendo su embalse.
Si bien el Distrito de Riego surgió como una alternativa para dinamizar la producción agrícola de la región, hoy frente al nuevo contexto,   el cambio climático y la urgencia de garantizar el derecho al agua, las comunidades campesinas hacen un llamado para que el criterio fundamental para regular el recurso hídrico que lo surte, sea garantizar el consumo humano. Aún más teniendo en cuenta que represas como Arroyo Grande, representa para los habitantes de las comunidades aledañas acceso a agua,  posibilidad de transporte entre comunidades y una riqueza ambiental y cultural de gran valor para la región (Ver Cartilla Distrito de Riego). Es por ello que insistirán hasta el cansancio en la necesidad de tomar las medidas necesarias para protegerla y garantizar el agua para la vida.

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