Gracias Sandra
Comprometida y
luchadora, al lado de tu compañero de vida José Humberto, erigieron ese símbolo
de esperanza que ha sido ECOVIDA. Muchos días y noches aciagos respondiendo siempre
con la tenacidad que demandan los hechos. No nos diste la oportunidad de agradecerte
en vida lo que hiciste por todos y todas, en especial por campesinos y
campesinas que sin duda orarán por ti y tu espíritu, aunque no lo pidieras, para
que nos sigas acompañando en esta larga lucha, que ya terminó para ti.
Amiga Sandra, ya veía terminar tu trabajo de grado sobre las mujeres
custodias de semillas cuando nos enviaste ese video dedicado a la Abya Yala: “ABYA YALA.
Semillas, cuidado y mujeres”, pero
no importa, sabemos que lo diste todo, hasta la vida misma por lo que creías y
soñabas.
Un eterno adiós.
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