Michoacán no permitirá siquiera experimentar con transgénicos, asegura Desarrollo Rural
Las políticas estatales se enfocarán en la conservación e impulso de maíz criollo: Sigala Páez
GLADIS LEON GONZALEZ
Las políticas estatales se enfocarán en la conservación e impulso de maíz criollo: Sigala Páez
GLADIS LEON GONZALEZ
El gobierno del estado no permitirá “siquiera” la experimentación con transgénicos en la entidad, por lo que en los próximos días se analizarán los mecanismos para eliminar la posibilidad de la siembra de maíz genéticamente modificado, afirmaron funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Rural.
En tanto, diversas organizaciones campesinas, productores, académicos y el titular del Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), Ignacio Vidales, alertaron sobre la posibilidad del uso de transgénicos, que traería consigo la total dependencia de los agricultores a las empresas transnacionales como Monsanto, además de que se acabaría la riqueza cultural que representan los maíces criollos, peligraría la soberanía alimentaria y probablemente la salud de los michoacanos.
La directora de Agricultura de la Secretaría de Desarrollo Rural (Sedru), Martha Alicia Perales Rivas, manifestó la necesidad de “blindar” el territorio michoacano a la siembra de maíz transgénico debido a la peligrosidad que implica: “para nosotros es verdaderamente terrible y de hecho significa un suicidio para nuestra población”.
Por su parte, el subsecretario de Desarrollo Rural de esa dependencia, Pascual Sigala Páez, manifestó que las políticas estatales dirigidas al sector rural se enfocarán en la conservación e impulso de la producción de maíz criollo a través del subsidio directo, como estrategia para evitar la siembra de transgénicos, y se analizará el establecimiento de un decreto que impida la experimentación y cultivo de organismos genéticamente modificados.
Ambos funcionarios coincidieron en que la apuesta del gobierno federal al impulsar la “experimentación” en materia de transgénicos obedece al interés de las transnacionales de apropiarse de los genes originarios y de esta manera, lograr una dependencia de los productores a sus semillas y paquetes tecnológicos, e incluso deslizaron que existen fuertes intereses económicos de tras del interés del cultivo de transgénicos.
Luego de que se aprobaran las modificaciones a la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, que permite el cultivo experimental de maíz transgénico, diversos actores del sector rural en Michoacán manifestaron su posición en contra de esta posibilidad, que podría traer consigo efectos negativos en los equilibrios biológicos y alimentarios de la población.
Líderes de las organizaciones campesinas como la Confederación Nacional Campesina (CNC) y El Surco, Eustolio Nava y Primitivo Avalos, respectivamente, se manifestaron en contra de la aplicación de transgénicos en la entidad, por considerar que de esta manera se destruirían las variedades de maíz criollo que hasta el momento se han conservado.
En el mismo sentido opinó el representante estatal del sistema-producto granos y oleaginosas, Jorge Ramos Valladolid, quien consideró que dejar la puerta abierta a la siembra de maíz transgénico representaría la pérdida de “nuestro orgullo”, que es la conservación de las diversas variedades del maíz criollo.
En tanto, el director del Inifap Michoacán afirmó que la modificación a la Ley de Bioseguridad: “busca beneficiar y abrirle las puertas a las compañías, que establezcan libremente su material transgénico sin ningún orden, nos destruiría todos los esquemas para incrementar nuestra producción y también de conservación de genes. Ese sería el riesgo”.
Por su parte, el director del Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Raúl Cárdenas Navarro, expresó que es fundamental manejar cuidadosamente el uso de los transgénicos: “las evaluaciones completas con respecto a las repercusiones que puede tener (el consumo de organismos genéticamente modificados) no están terminadas. Es muy difícil hacerlo pero sí es bueno tener algunos cuidados de manera que no se permita dañar a los sistemas ecológicos en general; que se vayan a generar desequilibrios y que en algún momento se pueda generar la erosión genética” de las variedades originales de maíz.
La directora de Agricultura de la Sedru, aseveró que en México no es necesario el cultivo de maíz modificado genéticamente, debido a que de acuerdo con estudios realizados por diversos investigadores, existen otros mecanismos y estrategias para incrementar la producción. Aseguró que el déficit de maíz en el país es derivado de las políticas “erróneas” que ha impulsado el gobierno federal, que más que impulsar la producción local del grano, ha estimulado la importación: “con la transgenización del maíz no solamente está en riesgo la soberanía alimentaria, está en riesgo la propia seguridad de nuestros pueblos al perder los genes que han costado miles de años adaptarlos a las condiciones locales”.
En ese sentido, la funcionaria subrayó tajante: “por eso es que en Michoacán no podemos permitir ni siquiera que haya experimentos con maíces transgénicos, no se puede permitir, no nos podemos dar el lujo de arriesgar la gran riqueza que todavía existe de diferentes maíces: los rojos, azules y blancos que se utilizan para darle el sabor a una multitud de platillos, de tal manera que si nosotros permitimos eso pondremos en riesgo la vida de esas comunidades a través de la contaminación de esos maíces”.
Cabe mencionar que el maíz transgénico es una especie de grano que se modificó genéticamente a través de la adición de componentes de otras especies, que lo hacen resistente a ciertos tipos de climas, suelos y herbicidas; sin embargo, las semillas no se pueden volver a sembrar, lo que implica que durante cada ciclo agrícola los productores deben adquirir nuevos paquetes tecnológicos a las empresas que mantengan la patente del germoplasma modificado, es decir, a las grandes trasnacionales como Monstanto: “el fondo de todo esto es que ni los híbridos ni los transgénicos los puede reproducir el productor, lo que los hace completamente dependientes de la compra de todo el paquete tecnológico, porque además los transgénicos van en conjunto con un paquete tecnológico al igual que los híbridos, para que realmente sean rendidores tienen que aplicar todos los insumos que les recomiendan las propias transnacionales”, alertó la funcionaria.
Sigala Páez expresó, en entrevista por separado: “nos preocupa la modificación a la Ley, no tengo duda de que hay fuertes intereses atrás de esto, mucho dinero. (…) Los gobiernos panistas le están apostando al libre mercado, al juégate la navaja limpia, esto no es venir a traerle al campo mexicano beneficios, es simplemente pensar que puede ser un negocio exitoso para algunos grandes productores mexicanos, socios de las transnacionales y algunos de ellos pueden estar en el gobierno”.
Bancos de Germoplasma
Ramos Valladolid indicó que es necesario que en Michoacán se establezcan bancos de germoplasma de maíz criollo, a fin de proteger las especies nativas de cualquier contaminación de cultivos genéticamente modificados.
En tanto, el investigador de la UMSNH, exhortó al establecimiento de un esquema mediante el que los beneficios de las investigaciones vayan directamente a resolver la problemática de las comunidades más marginadas, toda vez que hasta el momento, los trabajos de investigación a nivel mundial han sido patentados por las transnacionales, lo que ha traído consigo el recrudecimiento de la desigualdad: “no hace falta más que ver en qué condiciones están nuestros campesinos”.
De esta manera, el gobierno estatal anunció que se seguirá impulsando la producción de maíces criollos a partir del subsidio directo a los campesinos, así como el impulso de campañas de concienciación donde los productores conocerán a detalle las implicaciones que podría dejar tras sí el impulso de transgénicos.
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