Carta al Director de la FAO y su Posición Frente a la Agricultura Familiar Campesina - AIAF
14 de
septiembre de 2012
¿POR QUE LA FAO Y EL BERD PROMUEVEN
UNA AGRICULTURA QUE DESTRUYE LA AGRICULTURA CAMPESINA?
Asombro
e indignación nos ha provocado el artículo que bajo la firma de José Graziano
Da Silva, Director General de la FAO, y Suma Chakrabarti, Presidente del Banco
Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, fue publicado el día 6 de
septiembre por el Wall Street Journal 1.
En dicha publicación ambas autoridades convocan a los gobiernos y al mundo
social a abrazar al sector privado como motor y líder de la alimentación
mundial.
Aunque
se refieren específicamente a Europa Oriental y Norte de África, los directores
de ambas instituciones internacionales también hacen un llamado a que las inversiones
y el acaparamiento de tierras se generalicen al mundo entero. Como
justificación, califican al sector privado como eficiente, dinámico y lo llaman
a duplicar sus inversiones en acaparamiento de tierras, mientras señalan al
sector campesino y las pocas políticas de protección de la agricultura que aún
rigen, como un lastre que no permite
avanzar en el desarrollo agrícola y que debe ser eliminado.
Para ello, llaman a los gobiernos
a facilitar los grandes negocios privados en agricultura. Esto dentro del marco
de una convocatoria
a lo que Director de la FAO José Graziano da Silva calificó como la mayor y más importante reunión de
empresas y representantes del agronegocio con representantes de instituciones públicas
e internacionales, incluida la FAO, y que se llevó a cabo en Turquía el 13 de
septiembre recién pasado.
Los
señores Graziano da Silva y Chakrabarti hacen en el artículo una serie de
aseveraciones sesgadas y que ocultan la real situación de la agricultura y la
alimentación. Presentando a Rusia, Ucrania y Kasakhstan como ejemplos de éxito
del agronegocio los que han permitido que estos países pasen de ser “la tierras
baldías de los 90” a ser actualmente “los principales exportadores de cereales”,
no mencionan en momento alguno que las cifras oficiales muestran que en los
tres países mencionados la productividad es muchísimo más alta en las tierras
en manos campesinas que en aquéllas en manos del agronegocio.
Los
pequeños agricultores de Rusia producen más de la mitad del producto agrícola
con sólo un cuarto del área agrícola; en Ucrania son la fuente del 55% de la
producción agrícola con sólo el 16% de la tierra, mientras en Kazakhstan
entregan el 73% de la producción agrícola con apenas la mitad de la tierra. De
hecho, son los pequeños productores, y especialmente las mujeres, quienes
alimentan a la población de estos países. Tampoco mencionan que -cuando existen
las cifras oficiales al respecto, como en la Unión Europea, Colombia y Brasil-
se muestra una y otra vez que la agricultura campesina es más eficiente y
productiva que la empresarial, lo que también ha sido confirmado por diversos estudios
en Asia, África y América Latina.
Esto demuestra que contrario a lo
indicado por el director general de la FAO, quienes tienen la real capacidad de
alimentar a la humanidad somos las campesinas y los campesinos del mundo
entero. El avance del agronegocio sólo ha exacerbado la pobreza, destruido la
capacidad de la agricultura de dar trabajo, ha multiplicado la contaminación y
la destrucción ambiental, ha traído de vuelta la lacra del trabajo esclavo y ha
provocado las crisis alimentarias y climática de las últimas décadas.
Para
los movimientos sociales y las y los campesinos del mundo nos es inaceptable e
incluso inexplicable que el Director General de la Organización para la
Agricultura y la Alimentación promueva el exterminio de la agricultura campesina
y el avance del acaparamiento de tierras. Nos resulta especialmente grave que
esto ocurra después de tres años de arduo trabajo en el que las organizaciones
pusieron todas sus capacidades y voluntades para la construcción de directrices
voluntarias que protejan contra los acaparamientos de las tierras y después que
el Sr. Graziano da Silva durante su campaña a director general expresó
reiteradamente ante las organizaciones campesinas su compromiso de promover y
validar la importancia de la agricultura campesina y su necesaria participación
en la producción alimentaria.
Nos
asombra el lenguaje ofensivo de los señores Graziano da Silva y Chakravarti,
como cuando se refieren a “fertilizar las tierras con dinero” o “hacerle la
vida más fácil a los hambrientos del mundo”. Esto nos lleva a poner en duda la
capacidad FAO para hacer su trabajo con la necesaria rigurosidad e independencia
frente a las grandes empresas del agronegocio y así cumplir el mandato de
Naciones Unidas de erradicar el hambre y mejorar las condiciones de vida de los
pueblos del campo.
Nos
preguntamos cuál es realmente la validez del “Año Internacional de la
Agricultura familiar”, si el director general de la FAO estima que lo que le
pone freno a la producción agrícola son los “niveles
relativamente altos de protección,
falta de riego, fincas pequeñas y anti-económicas.” Esta
visión y la subordinación de la FAO a los mecanismos económicos y a los
intereses voraces de los inversionistas sin duda que pone en jaque el trabajo
de acercamiento entre las organizaciones campesinas y la FAO que hemos hecho en
los últimos años. Y nos hace preguntarnos por qué la FAO no ha desarrollado una
propuesta de acción real y efectiva que proteja a la producción campesina y familiar,
como herramienta fundamental contra la crisis alimentaria que -hoy nuevamente-
está enriqueciendo a los grandes bancos y transnacionales. También nos
preguntamos ¿a dónde irán las familias campesinas si este programa de
conversión a una agricultura centrada en megafincas industriales se lleva a
cabo?
Las
amenazas no surgen sólo del abandono que la FAO hace de su misión. También es
grave que el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo promueva e invierta
en el acaparamiento de tierras y la entrega de la agricultura al agronegocio,
más aún cuando hoy ha expandido su área de trabajo al norte de Africa.
Lo
que la agricultura y el planeta necesitan actualmente es justamente lo
contrario de los propuesto por los Señores Graziano da Silva y Chakrabarti. Lo
que la humanidad y los que padecen de hambre en el mundo necesitan es el
sustento de las agro-culturas del campo, que constituyen las formas de vida de la
mitad de la humanidad y hacen posible la agricultura campesina. Porque es más
eficiente y productiva, porque aún entrega al menos la mitad de la alimentación
mundial y gran parte del trabajo en el campo, porque ayuda a enfriar el
planeta, la agricultura campesina debe ser fortalecida y protegida.
La
producción de alimentos y las formas de vida campesinas e indígenas no pueden
ser destruidas para crear una nueva fuente de mega negocios en manos de un
grupo ínfimo de personas. Las tierras y territorios deben dejar de ser una
mercancía y volver a las manos de los pueblos del campo; necesitamos reformas
agrarias profundas, integrales y efectivas, sin acaparamientos de la tierra por
inversionistas que solo buscan el lucro. Necesitamos más comunidades y familias
campesinas e indígenas desarrollando su agricultura con dignidad y respeto y no
agronegocios.
LOS CAMPESINOS Y CAMPESINAS ALIMENTAMOS AL MUNDO
EL AGRONEGOCIO SE APODERA DE ÉL
LVC _ La Via Campesina
Grain
ATI - Amigos de la Tierra
ETC group
MMM – Marcha Mundial de Mujeres
ALBA – Articulación de los Movimientos Sociales Hacia
el Alba
Alianza por la Soberanía
Alimentaria de América Latina y El Caribe
_________________________________________
Resolución 16/2011 de la FAO sobre el Año Internacional de la Agricultura Familiar
141. La Conferencia tomó nota de la propuesta de Filipinas
de declarar un Año Internacional de la
Agricultura Familiar y aprobó la
siguiente resolución:
LA
CONFERENCIA,
Observando que
la agricultura familiar es la base de la producción sostenible de alimentos en
aras de la seguridad alimentaria,
Recordando que
más de 3 000 millones de personas viven en el campo y que 2 500 millones de
estos hombres y mujeres son agricultores,
Deseando centrar
la atención del mundo sobre el papel que la agricultura familiar podría
desempeñar a fin de favorecer la seguridad alimentaria y mitigar la pobreza de
la población,
Estimando que
la agricultura familiar es mucho más que un modelo económico agrario: que
constituye el núcleo para la gestión ambiental de la tierra y de su
biodiversidad, la fuente de importantes dimensiones culturales de cada
pueblo
y, en general, un pilar fundamental del desarrollo integral de todas las
naciones,
Reconociendo que
el deterioro progresivo de los ingresos de la agricultura y sus efectos sobre
las economías rurales están ocasionando la desaparición de muchas explotaciones
familiares debido a las migraciones hacia las ciudades,
Estimando también
que una celebración de este tipo brindaría una oportunidad única para
desarrollar unos recursos que asegurarían a medio y largo plazo el desarrollo
de una agricultura familiar próspera y sostenible en las zonas rurales y
pesqueras de todos los continentes, especialmente en los países en desarrollo,
Afirmando la
necesidad de aumentar la sensibilización pública con respecto a la
interrelación entre la agricultura familiar, la pobreza, la seguridad
alimentaria y la nutrición:
Pide al
Director General que transmita la presente resolución al Secretario General de
las Naciones Unidas con miras a que las Naciones Unidas declaren el año 2014
Año Internacional de la
Agricultura Familiar.
(Aprobada
el 2 de julio de 2011)
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