Guardianes de Semillas en Ciudad de México
Limbo: guardianes de semillas en la ciudad
Al resguardar las semillas se conservan pedacitos de historia y de contexto, pero también se pueden prever crisis alimentarias de forma comunitaria.
Puedes cultivar en tu azotea. (Imágenes: Cortesía)
“Todo se metamorfoseaba, regresando a la condición primera.
El barro volvió al barro, dejando un yermo en lugar de la casa.”
Viaje a la semilla de Alejo Carpentier
El barro volvió al barro, dejando un yermo en lugar de la casa.”
Viaje a la semilla de Alejo Carpentier
México es un país megabiodiverso y multicultural. No es casualidad que sea el centro de origen y domesticación y diversificación genética del 15.4% de todas las especies del sistema alimentario mundial, explica el doctor en etnología Eckart Boege en su artículo “Centros de origen, pueblos indígenas y diversificación del maíz” en la revista Ciencias (núm. 92) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los pueblos indígenas y comunidades campesinas de nuestro país son zonas que alojan tesoros inimaginables. Frijoles, maíces, quelites, hierbas, jitomates y más especies ayudan a la alimentación sostenible, al uso ritual y medicinal, así como a la conservación cultural de esos pueblos y sus alrededores.
De ahí la importancia de la valoración y la conservación de las semillas, y lo fundamental que resultan los bancos que las resguardan e investigan, como el Banco Nacional de Germoplasma Vegetal (Bangev) de la Universidad Autónoma Chapingo, con diferentes investigadores y expertos que trabajan en conjunto con diferentes estados. La idea es evitar que se pierdan las especies nativas a causa de la industrialización, el cambio climático y otros factores que afectan los cultivos.
Otro ejemplo loable relacionado con el tema fue el del Semillatón, comandado por los expertos en la milpa Edelmira Linares y Robert Bye, quienes ayudaron en momentos críticos del 2010, pues podían acabarse algunas variedades de la Sierra Tarahumara a causa de la sequía.
Gracias a su trabajo y el de muchas otras personas y organismos se multiplicaron –durante dos años y en diferentes momentos– maíces como el pepitilla (un maíz ritual), el cristalino blanco, el azul, el amarillo, el rojo y el apachito.
¿Y qué pasa en las ciudades? Si bien ha aumentado el interés por los huertos urbanos y las reflexiones sobre algunos sistemas de cultivo locales como las chinampas, muchas personas aún no saben de dónde vienen los alimentos y están desconectadas del tema agroalimentario y sus productores.
Adriana David Ortiz Monasterio es arquitecta y su proyecto Limbo Semillas es una instalación pública de almacenamiento de semillas para las zonas conurbadas de México que busca generar conciencia sobre la crisis alimentaria que vivimos y crear una red de conservadores.
Ella ha vivido muy de cerca la pasión y la lucha de su madre, Guadalupe, con su fundación Canasta de Semillas, AC, desde 2007, lo cual la inspiró para esta iniciativa.
Limbo funciona con tres elementos principales: jardines de semillas, guardianes y consumidores. Los guardianes resguardan las especies y dejan registro en uno de los módulos de la instalación, y los consumidores solicitan lo derivado del cultivo. El primer prototipo de jardín público en la Ciudad de México se localiza en el Museo Tamayo desde el 2015 y se construyó en el marco del Design Week México 2015.
En 2016 se dio el banderazo de salida a lo que los miembros de Limbo llaman Temporada de semillas, con una cena que sirvieron en ese recinto Atzin Santos, del restaurante Atalaya, y Fernado Martínez Zavala, del restaurante Yuban.
Adriana contó que recibirá a todos aquellos que quieran ser guardianes durante los sábados y domingos de abril, de 11:00 a 15:00 horas, en el jardín del Museo Tamayo, junto a la cafetería de Rosetta.
Si deseas participar deberás llevar una planta de sol y un donativo de 250 pesos. A cambio recibirás un contenedor con una serie de semillas a resguardar. Y también puedes cultivar y tener en tu azotea estas variedades para ser aún más activo en este proyecto.
Las cajas en que son guardadas las semillas son elaboradas con barro, otro material importantísimo desde las civilizaciones antiguas y que resiste muy bien el calor y el frío. Cada una está tatuada con la información necesaria para el cultivo y la conservación de las especies.
En Limbo poseen 33 variedades de semillas y 15 especies, y podrás elegir la combinación que más te guste:
Milpa: Maíz (rojo, azul y blanco), calabaza (redonda, larga, enredadera, dulce y zucchini) y frijol (ejotero).
Italiana: Jitomate (cereza, saladet y bola), albahaca (fina y grande) y cebolla (cambray, blanca y roja).
Líbano: Caléndula, berenjena y menta.
Salsa verde: Tomate verde, cilantro y rábano (champion, bola chica y largo).
Rusa: Zanahoria, chícharo y lechuga (great lakes, orejona, italiana, frisée, baby sucrin y roja).
Al conocer la semilla de caléndula se nota su parecido con un embrión humano. Al ver la de la menta, uno piensa en que si bien es casi impercebtible su tamaño, la grandeza de su aroma y sabor no se olvidan. Así, observando, uno comienza a entender la poética y el valor de los regalos que nos da la madre tierra.
Las semillas son el origen y el punto de partida. Las plantas y los humanos venimos de una de ellas, germinamos si todo el contexto es idóneo. Al resguardarlas se conservan pedacitos de historia y de contexto, pero también se pueden prever crisis de forma comunitaria.
Limbo Semillas
Correo:
– –
Tel. (55) 5207 8416
Correo:
– –
Tel. (55) 5207 8416
Fuente: http://www.forbes.com.mx/limbo-guardianes-semillas-la-ciudad/
Comentarios