Veinte años de fracaso de las semillas transgénicas

VEINTE AÑOS DE FRACASO

Por qué no han cumplido sus promesas los cultivos transgénicos? 

Hace veinte años se sembraron en Estados Unidos los primeros cultivos transgénicos, que fueron acompañados de deslumbrantes promesas sobre esta nueva tecnología. Dos décadas después, las promesas no han dejado de crecer, pero los cultivos transgénicos no han cumplido ninguna de ellas. No solo se suponía que esa tecnología iba a hacer más sencillos, seguros y eficientes los sistemas alimentarios y agrícolas, sino que se pregonaba —y se sigue haciendo, cada vez más— que los cultivos transgénicos son la clave para “alimentar al mundo” y “luchar contra el cambio climático”1 .

Puede que las promesas sean cada vez mayores, pero la popularidad de los cultivos transgénicos no lo es. A pesar de que los poderosos lobbies industriales llevan veinte años vendiendo las virtudes de los transgénicos, solo unos pocos países han adoptado este tipo de tecnología, y solo para unos pocos cultivos. Los cultivos transgénicos solo ocupan el 3% de las tierras agrícolas del mundo2 . De hecho, las estadísticas de la propia industria de los transgénicos muestran que el 90% de los cultivos transgénicos del mundo se siembran solo en cinco países, y casi el 100% de dichos cultivos tienen una de estas dos características: tolerancia a los herbicidas o productoras de insecticidas3 . Pero hay regiones enteras del mundo que se han resistido a los transgénicos. Los consumidores europeos no consumen alimentos modificados genéticamente4 , y en Europa solo se cultiva un único tipo de maíz transgénico5 . La mayor parte de Asia está libre de transgénicos, y la superficie de cultivos transgénicos en la India y China consiste principalmente en un cultivo no alimentario: el algodón6 . En África, solo hay cultivos transgénicos en tres países7 . En pocas palabras, los cultivos transgénicos no están “alimentando al mundo”.

¿Por qué no han conseguido los transgénicos convertirse en un éxito tan popular como afirma la industria? Lo que ha ocurrido es que, a medida que las promesas han ido ampliándose, también lo han hecho las evidencias de que los cultivos transgénicos están mal adaptados a los retos a los que se enfrentan los sistemas alimentarios y agrícolas mundiales. Es fehaciente que esas promesas no son más que mitos: algunos de los beneficios prometidos no se han podido materializar fuera de los laboratorios, y otros se han deshecho al enfrentarse con las complejidades de los ecosistemas agrícolas en el mundo real, así como con las necesidades reales de los agricultores. En realidad, los cultivos transgénicos han reforzado el modelo de la agricultura industrial que no funciona, con sus monocultivos que reducen la biodiversidad, su elevadísima huella de carbono, su presión económica sobre los pequeños agricultores y su fracaso en proporcionar alimentos seguros, sanos y nutritivos a aquellos que los necesitan.

Por consiguiente, ya es hora de poner en cuestión los mitos que ha estado difundiendo la industria de los transgénicos y de documentar los fallos y limitaciones de esta tecnología. En este informe se van a contraponer los siete mitos clave sobre los beneficios de los cultivos transgénicos a las evidencias que ofrecen estos veinte años:
MITO 1 “Los cultivos transgénicos pueden alimentar al mundo”
MITO 2 “Los cultivos transgénicos son la clave para la resiliencia frente al cambio climático”
MITO 3 “Los cultivos transgénicos son seguros para los humanos y para el medio ambiente”
MITO 4 “Los cultivos transgénicos simplifican la protección de los cultivos”
MITO 5 “Los cultivos transgénicos son económicamente viables para los agricultores”
MITO 6 “Los cultivos transgénicos pueden coexistir con otros sistemas agrícolas”

También es hora de cuestionar la idea de que la tecnología utilizada en los cultivos transgénicos es el camino más prometedor para aprovechar la innovación científica en respuesta a los retos a los que se enfrentan los sistemas alimentarios. La evidencia demuestra que las innovaciones reales hacia sistemas alimentarios sostenibles y seguros no pertenecen a las empresas, y que se perderán si se sigue bloqueado en el complejo agrícola de la industria de los transgénicos. Por tanto, es esencial abordar un último grand mito:
MITO 7 “La ingeniería genética es el camino más prometedor para innovar en los sistemas alimentarios”

Leer más: http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/2016/report/transgenico/20-years_spain_web.pdf

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