Encuentro Nacional de Productores de Semillas de Hortalizas - Colombia
Construyendo estrategias y métodos propios para producir semillas criollas de hortalizas de mejor calidad.
“Comernos el arcoíris” dice una
campesina de Buga para indicar que la integralidad de los colores y sabores de
las hortalizas son la garantía para la plenitud del alimento. Pero esa
posibilidad se ha reducido año tras año, porque en Colombia se presentan
condiciones que impiden alcanzar una alimentación balanceada y adecuada en
cuanto al consumo de hortalizas:
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Lo primero, es que se importa gran parte de las
semillas de las hortalizas desde otros países. Eso encarece la producción y
limita el consumo, puesto que se depende de la disponibilidad que tengan las
empresas semilleras que las producen.
·
Segundo, el estado colombiano acabó los programas de
investigación de producción de semillas y eso obliga también a depender de las
tecnologías foráneas.
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Tercero, existe un gran desconocimiento de las
hortalizas nativas que son particularmente muy ricas en nutrientes, pero que se
valoran muy poco.
Por
eso, en el ENCUENTRO NACIONAL DE
PRODUCTORES DE SEMILLAS DE HORTALIZAS,
que se adelanta en el Instituto Mayor Campesino de Buga, Valle, se realiza
la cita de productores y productoras de semillas de hortalizas para contribuir
al conocimiento, a la autonomía y a la soberanía alimentaria de las comunidades
campesinas, indígenas, afrodescendientes e incluso urbanas, de varias partes
del país.
Los saberes tradicionales se enriquecen con los
conocimientos técnicos y con los ensayos. Así por ejemplo, Pedro Jochelevich del Brasil, comparte las lecciones y aprendizajes
ganados en muchos años y los investigadores
locales de Riosucio – Caldas, Nariño, Caldono – Cauca, Antioquia y Sucre
nos demuestran la importancia de observar, probar y documentar.
“En Los Palmitos, Sucre hemos logrado conocer acerca del cómo producir
semillas de habichuela metro negra. Usamos los conocimientos de los mayores y
nuevas técnicas para mejorar la calidad de las semillas.” dice Edith Meza, mientras
demuestra cómo mide la prueba de germinación y vigor, usando instrumentos artesanales
como las totumas. “Una vez seleccionadas
las semillas, se sembraron 160 plantas y de ellas, las 16 mejores más sanas y
vigorosas se seleccionaron, separando las vainas que tengan más de 30
centímetros” enfatiza en su presentación a casi 80 guardianes y guardianas
de semillas del Caribe, el Pacífico, zona Andina y la Amazonía.
Pero
también en este encuentro, se supo que la rebancá, el bledo, la pringamoza, la siricá,
la chichamato, el muturuco, el azafrán de raíz, la rúgula silvestre…entre
varias hortalizas nativas, son parte de la reserva de calidad y sabor para
sorprender a propios y extraños. ”Las
hortalizas propias deben tomar un lugar alto en el reconocimiento y valoración
y eso es posible si desde ya las cultivamos, diseminamos, mejoramos, protegemos
y consumimos” dice con fuerza Claudia Valencia, una quindiana experta en el
manejo de la Pringamoza.
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