Empezará a aplicarse a mayor escala en Cuba el maíz híbrido transgénico
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El proyecto de maíz híbrido transgénico en Cuba empezará a aplicarse en el país a mayor escala, y tendrá como destino la alimentación animal
29 de septiembre de 2020 23:09:36
El proyecto de maíz híbrido transgénico en Cuba, que empezará a aplicarse en el país a mayor escala, y tendrá como destino la alimentación animal, fue presentado en el más reciente encuentro –el noveno– del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, con el grupo de expertos que participa en el Programa de soberanía alimentaria y educación nutricional.
En la reunión se conoció que esta iniciativa permitirá obtener rendimientos muy superiores a los que actualmente se logran en los maizales de la Isla y es una muestra de la solidez del sistema cubano de ciencia, tecnología e innovación y su capacidad para ofrecer soluciones propias a los desafíos que tiene la humanidad, de acuerdo con la reseña publicada en el sitio de la Presidencia.
El incremento de la productividad por hectáreas es uno de los problemas a resolver por los científicos cubanos, pues el 76,8 % de las áreas cultivables de la Mayor de las Antillas son suelos de poca a muy poca productividad, debido a factores edáficos limitantes.
Moderada, como es costumbre, por la viceprimera ministra Inés María Chapman Waugh, en la reunión se explicaron las características de la semilla, en cuya obtención, pruebas de campo y ampliación intervinieron diversas instituciones de investigación y bases productivas, bajo el liderazgo del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).
El Doctor en Ciencias Mario Pablo Estrada García, director de Investigaciones agropecuarias del CIGB, explicó que se trabajó con las semillas de mejor potencial a nivel mundial y la nuestra nos dota de mayor soberanía, al ser tecnología propia.
Argumentó que, según los datos más recientes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en los cinco años precedentes, el país erogó unos mil millones de dólares para la compra de maíz en el mercado internacional, a razón de 800 000 a 1 000 000 de toneladas al año.
Los primeros productores privados y estatales en cultivarlo elogiaron las potencialidades del maíz híbrido transgénico del CIGB, que se ubica en el entorno de las nueve toneladas por hectárea (T/H) en las condiciones óptimas.
Luis Martínez, productor del municipio de Perico, Matanzas, trabajó durante el proceso de investigación con diversas variedades, entre ellas un híbrido vietnamita y la semilla CIGB, la cual –dijo– está entre las mejores; «además podemos contar siempre con ella, es nuestra».
Yoandy Rodríguez Porra, quien a pesar de su juventud es uno de los más destacados agricultores de Cabaiguán, Sancti Spíritus, obtuvo 6 T/H del grano ya seco. «Sin embargo, con variedades foráneas, como el diamante, el dorado y el esmeralda, solo llegué a 4,5 o 5 toneladas», afirmó.
En el intercambio también explicaron su experiencia entidades estatales, como la Unión Agropecuaria Militar y Azcuba.
El maíz híbrido transgénico del CIGB se adecua a lo establecido en el marco legal que rige en Cuba el desarrollo y empleo de los organismos genéticamente modificados.
El uso, investigación, ensayo, producción, importación y exportación de los organismos genéticamente modificados está regulado en la nación desde el pasado siglo por legislaciones como el Decreto-ley 190 de 1999, De la Seguridad Biológica, y más reciente por el Decreto-ley No. 4/2020, De la comisión nacional para el uso de los organismos genéticamente modificados en la agricultura cubana, además de otras resoluciones publicadas junto a este en la Gaceta Oficial No. 52 Ordinaria del pasado 23 de julio.
La semilla de la que aquí hablamos (el CIGB desarrolla otras) derivó, según expuso el Dr. C. Estrada García, de dos líneas de maíz cubanas mejoradas y obtenidas por la ciencia nacional, una híbrida y otra transgénica.
Según explicó a la prensa el científico, una semilla híbrida (o F1) es el resultado de la polinización cruzada de dos variedades –en este caso de maíz– bien de forma natural o artificial (o sea, por acción del hombre); y la transgénica es la modificada genéticamente al insertársele información genética de otras especies para obtener resistencia a herbicidas y/o insectos.
La CIGB ahora expuesta es resistente a la palomilla del maíz –un gusano que es la plaga que mayormente afecta a estos cultivares en la Isla– y al herbicida más empleado para controlar la maleza; es, además, muchísimo más productiva que las variedades habituales.
El uso de los organismos genéticamente modificados es un asunto de debate, y así se abordó durante el más reciente encuentro. El Dr. C. Luis Hernández, de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, reiteró la necesidad de continuar defendiendo los productos orgánicos para el consumo humano, así como abordó la importancia de preservar el cultivo del maíz tradicional por parte de los campesinos cubanos. No obstante, expresó que está de acuerdo con el empleo de esta variedad para la alimentación animal.
Al terciar en el debate, Díaz-Canel señaló que en el país «tenemos que trabajar con varias alternativas a la vez, cada una en su escenario, en su ámbito, y con todo eso ir avanzando, y ninguna niega la otra, al contrario, y el tema de la agroecología es una de las cosas que estamos impulsando».
Antes del encuentro con los científicos, en la misma jornada de trabajo, el Presidente y el Premier pasaron revista al Programa de soberanía alimentaria y educación nutricional, que esta vez se dedicó a los granos, en específico, a la siembra, cultivo y cosecha de frijoles.
Fuente: http://www.granma.cu/cuba/2020-09-29/empezara-a-aplicarse-a-mayor-escala-en-cuba-el-maiz-hibrido-transgenico-29-09-2020-23-09-36
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