SIERRAS DE JUÁREZ LA CUNA DE LA RESISTENCIA AL MAÍZ TRANSGÉNICO EN MÉXICO

RED POR UNA AMÉRICA LATINA
LIBRE DE TRANSGÉNICOS

BOLETÍN 989 

Investigación hecha por Manaí Prado

Experta comunitaria en Derechos de la Naturaleza

 

El maíz es la vida misma.
Es una relación que tenemos desde que la tocamos, cuando aramos la tierra,
cuando sembramos.
Es algo vital, es parte de nosotros.

Mercedes García Lara

 

INTRODUCCIÓN

La Sierra de Juárez fue el primer lugar donde se detectó contaminación transgénica de maíz. Lo hicieron los científicos Quist y Chapela  mientras hacían un trabajo científico en la región. Este hallazgo hizo que se desarrolle una conciencia especial entre los pobladores de la región en relación a los transgénicos, especialmente al maíz.

Mientras en otras partes del mundo en sectores campesinos la palabra “transgénicos” puede sonar extraño, eso no sucede en las Sierras de Juárez y tal vez por eso es que el Grupo ETC, junto con la Red TECLA escogió este lugar para hacer un taller comunitario sobre nuevas tecnologías moleculares como son los impulsores genéticos y la edición génica, taller que se realizó en coordinación con la UNOSJO y el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca, en Guelatao, en el corazón de la Sierra.

Las Sierras de Juárez son consideradas como la región, la más rica en Mesoamérica en flora, donde nace uno de los ríos más importantes del país: el Papaloapan. Sus laderas noroccidentales están ocupadas por matorrales y selvas secas, encinares bajos, encinares húmedos y bosques de pino-encino. En las cumbres nororientales se localizan los bosques nublados más importantes de México, y abajo las selvas húmedas .

Al taller asistieron muchas mujeres mayores, productoras de café orgánico. Ellas pertenecen a UNOSJO, organización indígena de la Sierra Norte de Oaxaca lleva más de 25 años trabajando en defensa de los derechos humanos y colectivos de las comunidades indígenas de la región. La organización les compra el café, lo acopia, procesa y exporta especialmente a Alemania. Pero en medio de los cafetales, en esas zonas montañosas las mujeres también tienen su millpa cuyo principal protagonista es el maíz; y es por eso que desde que se descubrió la contaminación transgénica, han estado muy preocupadas en el cuidado de su cultivo, han hecho muchos exámenes moleculares de su maíz.

Se han hecho varios estudios en la zona después del hallazgo de Quist y Chapela, incluyendo los hechos por personeros del gobierno de México para desmentir la contaminación transgénica del maíz, así como de las propias organizaciones sociales .


LA CEREMONIA DEL MAÍZ

Antes de iniciar con el encuentro, se desarrolló una ceremonia ancestral dirigida por mujeres indígenas de la sierra de Oaxaca. Se ha tomado fragmentos de la ceremonia debido a que denota la importancia de las semillas, la naturaleza y el maíz en la cosmovisión, pero también en la cotidianidad de la comunidad.

El ritual estuvo regido según los puntos cardinales: norte, sur, centro y oriente; y a su vez asociado a los elementos naturales.


El Centro - Maíz blanco

El centro estuvo asociado al color blanco y a los seres de arriba, los seres del cielo: guías espirituales y seres inteligentes del universo, el pedido específico fue:

los invocamos, los honramos y les pedimos una conexión clara con la información que viene de arriba para que podamos andar en equilibrio sobre la madre tierra y cuidar y velar por nuestras semillas, que tenemos en nuestras comunidades. Les pedimos nos sigan enviando el agua, que tanto necesitamos para que exista un equilibrio en la naturaleza y sacar de la tierra nuestro alimento.

Después de extender las manos hacia el centro con las palmas de las manos viendo al suelo se repitió la siguiente frase  

corazón de la tierra, te pedimos nos sigan enviando tus energías y riquezas por medio de las raíces de los árboles que llegan a tocar tu corazón que las hojas de los árboles puedan enriquecer nuestras plantas que cultivamos

Muchas de las mujeres que presentes en el taller decían con orgullo que su maíz no está contaminado, lo que significa ya se habían hecho evaluaciones en sus milpas. Es bonito ver cómo ellas cuidan su maíz. Elsa Cruz  sabe que “las semillas ajenas pueden contaminar nuestro maíz” .

Cuando supimos de la contaminación, nos interesaba que se hiciera un estudio en nuestra comunidad de todo el maíz que sembramos y afortunadamente dio negativo. Ya sabíamos el daño que haría este tipo de maíz. Era una preocupación, por lo que la asamblea decidió investigar cómo asegurarse de que nuestro maíz no se contamine. Porque en una comunidad de abajo nos enteramos que sembraron el maíz transgénico.

Ahora, recomienda no sembrar maíz transgénico. “Tenemos maíz orgánico, y si alguien no lo tiene para sembrar, se lo puede dar otra persona, pero nunca aceptamos semillas de personas extrañas”. La comunidad misma nos da semillas. Por ejemplo, han ido a la casa, dos o tres personas, venden un poco de maíz, un kilo, según la tierra que quieren a sembrar, y se los dan de regalo, para que no compremos maíz de afuera, que no conocemos, y al final, contaminará lo que es saludable.

Además, tratamos de no consumir mucha tortilla hecha a máquina. Suponemos que esta masa está hecha con este tipo de maíz. Algunas mujeres que no siembran, compran las tortillas. Pero también hay gente que hace tortillas en el pueblo, maíz del pueblo.

Tampoco aceptan lo que el gobierno quiere darles.

Vino el gobierno a vernos para que al año siguiente, usemos un abono que decía que da mucho al maíz, pero ese maíz nos hace daño. Entonces, los invitamos parsa que vean cómo logramos tener maíz sin fertilizantes. Y con eso, lo estamos haciendo muy bien.

Poniente negro (Maíz negro)

El color negro o azul obscuro, se refiere a la tierra.

Te saludamos elemento tierra (…) enséñanos a ser generadores y generadoras de vida, de una vida digna. Te agradecemos Madre Tierra por todas las semillas que nos has regalado durante muchos años, en especial por la semilla del maíz negrito

La mayoría de personas son agricultoras en las Sierras, y todas cuidan el maíz. Elsa nos explica que, junto con el maíz, se siembra siempre el frijol y las calabazas. Eso es lo que más cultivan, pero que también crecen otras plantas que las llama de manera genérica hierbas de la milpa con las que se hacen sopas. Entre estas hierbas se incluye el amaranto.

A las mujeres les preocupó cuando supieron que se estaban haciendo modificaciones genéticas al amaranto. Para poder eliminarlo más fácilmente, se está trabajando en un grupo de tecnologías llamadas “impulsores genéticos”, y hacen estos trabajamos porque el amaranto es considerado como una “maleza” que afecta mucho los monocultivos de maíz transgénico en Estados Unidos. ¿qué pasará con nuestro amaranto si el modificado genéticamente llega a nuestro país”, se preguntaban.

Mercedes García Lara, de Xachila, asesora de una organización de agricultores biológicos, Para ella el maíz es sagrado.

Es lo que nos sostiene. Es con lo que hemos crecido, es parte de mi dieta. Desde niña me enseñaron a comer tortilla y su diversidad. Para mí el maíz es algo esencial, porque sin él no podemos vivir, no podemos ser.

Cuando Mercedes supo de la contaminación, estaba enojada, triste, impotente.

Estamos ante empresas que ni vemos, pero sabemos que existen y sabemos que vienen a nosotros. Sabemos que, si no conservamos nuestra semilla natural, nos enfermaremos. Entonces tenemos que luchar para mantenerlo saludable para nosotros y para los que vienen después de nosotros. Cuando se supo de la contaminación, lo primero se hizo fue invitar a sembrar “solo nuestras semillas, no recibir otras semillas que vienen de afuera”.

Nosotros ya se habían aceptado semillas híbridas. Las semillas híbridas no son nuestras. Entonces, sí, era una invitación a decir que vamos a sembrar solo nuestras semillas nativas. Los vamos a sembrar de forma natural, orgánica. No fue fácil porque la gente ya estaba acostumbrada a usar agroquímicos. Todavía estamos en esa transición. Algunas personas ya producen su maíz 100% orgánico, otras están en esa transición, pero ciertamente le estamos diciendo no a los agroquímicos y no a otras semillas. 

Para ello fue necesario difundir información por las radios, hacer materiales que fueron distribuidos en las asambleas, “lo empezamos a difundir, en cualquier reunión lo empezamos a difundir. Usamos todo lo que estaba a nuestro alcance para invitar a la gente a plantar nuestras semillas; y a pesar de todas las dificultades, seguimos sembrando maíz. Valoramos la biodiversidad del maíz que se siembra, junto con frijol y calabaza”.

Estamos avanzando. No queremos decir que ya hemos ganado el 100%. Estamos en la lucha por sembrar, pero siento que la gente se emociona cuando ve las semillas nativas. Además, una cosa es que hemos recuperado la diversidad de semillas de maíz. Porque al principio solo veíamos maíz blanco, pero ahora tenemos toda la diversidad.

En el proceso de recuperación de nuestro maíz, integramos a toda la familia, no sólo al esposo, sino también a los jóvenes y los niños, les enseñamos a estar ahí con la semilla.

Seguimos en esta lucha. Sabemos que tenemos muchos valores como mujeres. Sabemos que la fuerza que tenemos dentro, esa fuerza que tenemos como mujeres, debemos usarla. No debemos bajar la guardia y seguir invitando a conversar a nuestros tres compañeros.

Sur- Amarillo (maíz amarillo)

El sur se asoció con el color amarillo y está relacionada con el agua sagrada en sus diferentes formas.  

Te saludamos elemento agua, te agradecemos todos los beneficios que nos has brindado (…) y te pedimos sigas regando nuestras montañas, nuestras tierras para que nuestros terrenos se empapen lo suficiente y las semillas de maíz nazcan, fructifiquen y den cosecha suficiente para nuestro sustento.

Guardianes de este lugar, les pedimos su fuerza para que sembremos y cuidemos de la semilla amarilla del maíz (…) mantengan en nosotros el ánimo y la esperanza de que recogeremos buena cosecha de maíz, frijol, calabaza y otros frutos que serán el seguro y alimento de nuestra vida diaria.

Elsa Cruz nos explica que ella pertenece a un grupo de mujeres “que defendemos nuestro bosque. En cierto momento nos enteramos que estaban arando nuestro bosque. Entonces han tenido cuidado de que no entren los talamontes. Porque, además, es la zona de donde sale el agua”. Para defender los bosques, ellas

Empezaron a vivir allí durante unos tres meses, hasta que llegamos a un arreglo con el gobierno para que nos dejaran cuidar el pedazo de bosque que tenemos en reserva, por el agua. 

Oriente- Rojo (maíz rojo)

El color rojo está asociado con el fuego, en este espacio se pidió toda la sabiduría al fuego

que los poderes del oriente nos den una visión clara y nos iluminen cada día para proteger, cuidar y velar de nuestra semilla roja del maíz (…) que nos den la sabiduría y las palabras para invitar a otras personas a cultivarla y consumirla, esta semilla sagrada herencia de nuestros ancestros.

Para Sara Cruz Ramírez, de Santa Catalina de Juárez- Oaxaca, el maíz significa mucho porque pues es un elemento base en muchas comunidades de Oaxaca. Ella siente al maíz como una mujer, lo siente como a una igual, porque sin ella no vamos a poder subsistir.

Acá en la sierra la mayor parte somos campesinos y cuidamos nuestro maíz, que se cultiva en asocio con frijol, habas, chícharos es lo que más se cultiva. Para nosotros ahorita lo importante es cuidarlo mucho pues, ya que sabemos de las semillas transgénicas pueden contaminar nuestro maíz.

Cuando se supo que nuestro maíz se había contaminado

Tuvimos el interés de que se hiciera un estudio en nuestras comunidades de todos los maíces que sembramos y afortunadamente salió negativo. Al enterarnos, porque ya sabíamos el daño que causa ese tipo de maíz, sentimos preocupación por eso en asamblea se decidió investigar si nuestro maíz estaba contaminado. Porque en unas comunidades de debajo de nosotros nos enteramos que ellos sembraban el maíz transgénico.

Karina Hernández, apoya en el área de derechos indígenas de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez UNOSJO, y antes en el área de la mujer. Ella supo sobre la contaminación del maíz en el Tribunal Permanente de los Pueblos, un proceso que se llevó a a cabo en México entre el 2011 y 2014, y que incluyó el tema del maíz transgénico. Ella participó en el evento que se realizó en San Luis Beltrán en el 2013. “Desde entonces comencé a escuchar lo del maíz transgénico y lo que significa para el mundo futuro”.

Cuando supe lo de la contaminación del maíz, sentí que era un ataque. Comenté con mi familia que le dije a mis padres, y me dijeron, ¿cómo puedes creer eso? Eso es algo que no puede pasar. Eso no puede pasar. Y no lo creían porque hemos sembrado maíz toda la vida, y la gente se resiste a creer que eso puede existir.

Maíz y soberanía alimentaria

Para Karina Hernández, el maíz es parte de su identidad y de su soberanía alimentaria.

Nosotras como campesinas, como comunidades indígenas, el maíz es parte de nuestra cultura. Sin maíz no comemos. Sin maíz no podemos decir que tenemos soberanía alimentaria. ¿Por qué? Porque vamos a depender de alguien más. Entonces, si no plantamos, si no cultivamos nuestros alimentos, será difícil para nosotros mantener a nuestra familia. Como mujeres es parte de nuestra familia, es parte de nuestra identidad, y es que nos identificamos como comunidades indígenas, como mujeres campesinas, y que estamos ahí luchando para no depender de nadie.

Pero cultivar el maíz nativo es duro; es muy caro sembrar nuestro propio maíz. Porque hay que arar la tierra, porque hay que cultivarla, porque luego hay que limpiarla, porque luego hay que cosecharla y luego hay que desgranarla. Es muy caro por lo que la gente siente que no vale la pena. Tanta gente ha dejado de sembrar y empieza a consumir el maíz que viene de Sinaloa, el maíz que viene de fuera.

Pero, si no cultivamos nuestros alimentos, no sabremos cómo defendernos. Cuando nosotras, como mujeres, estamos en la tierra, cultivando nuestros alimentos, les enseñamos a nuestros hijos a comer sano, les enseñamos a nuestros hijos a no pasar hambre. Si vas a otro lugar y no regresas a la tierra, vas a depender de otras personas para poder comer. ¿Y eso qué implica? Implica un costo. Y el costo implica que hay que trabajar. Y entonces nuestra lucha es esa, ser mujeres fuertes, trabajar el campo, defender nuestra tierra ya través de eso decirle a la gente que podemos hacer algo, que podemos luchar desde nuestras casas. Tal vez haya mujeres que, por ejemplo, no tuvieron la oportunidad de seguir estudiando, de saber cómo es el mundo exterior, pero desde donde estamos, lo importante es que se sepa vivir y ser comunidad, que es tu lucha. Esa es la principal lucha que podemos hacer para resistir lo que viene.

Karina cuenta que, a través de talleres, foros, folletos, se está rescatando el conocimiento comunitario. Difundimos información clara a través de audios, radios, radios locales, para que la gente entienda que lo que estamos haciendo es nuestra lucha.  Es una pelea que requiere mucha paciencia, mucha paciencia, poco a poco. No es un cambio que se haga de la noche a la mañana.

Invocamos a los ancestros para nos de sabiduría, para seguir cultivando la tierra, para conservar nuestros alimentos, que su sabiduría nos ayude a transformar en vida lo que hemos destruido.



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