Monsanto y la publicidad sobre Glifosato
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MONSANTO USÓ MILLONES EN SUS ESFUERZOS ANTI-IARC Y PRO-GLIFOSATO
DE ACUERDO A UN EJECUTIVO DE LA EMPRESA
Fuente: US Right to Know, March 27, 2019
https://usrtk.org/monsanto-roundup-trial-tracker/monsanto-executive-reveals-17-million-for-anti-iarc-pro-glyphosate-efforts/
¿Qué tanto quiso Monsanto desacreditar a los científicos internacionales del cáncer que consideraron que su herbicida glifosato era un “probable carcinógeno humano” lo que promovió un mensaje contrario de seguridad de glifosato?
Lo suficiente como para destinar unos17 millones de dólares para la misión en un año, según las pruebas obtenidas por abogados que representan a las víctimas de cáncer que demandaron a Monsanto.
Ese detalle y otros sobre el funcionamiento interno de las operaciones de relaciones públicas de Monsanto han salido a la luz en una deposición en video del 22 de enero 2019 del ejecutivo de Monsanto, Sam Murphey. El trabajo de Murphey en Monsanto incluía dirigir las relaciones con los medios globales y los “esfuerzos de defensa en apoyo de litigios importantes, asuntos políticos y amenazas a la reputación” que involucran el negocio de herbicida basado en glifosato de la compañía. Y una de las mayores amenazas provenía de esos científicos del cáncer. Murphey ahora trabaja para Bayer.
En el juicio Hardeman vs. Monsanto, el juez de distrito de Estados Unidos -Vince Chhabria-, no permitió que se introdujera el video como prueba en el juicio, se espera que las pruebas de Murphey se presenten en un nuevo juicio contra la empresa: Pilliod vs. Monsanto.
Han pasado cuatro años desde que la Agencia Internacional de la Organización Mundial de la Salud para la Investigación del Cáncer (IARC) revisó la literatura científica publicada y revisada por pares con respecto al glifosato, lo que le sirvió para reclasificar al herbicida como “probable carcinogénico”, con una asociación particular al linfoma no Hodgkin. La IARC ha estudiado más de mil sustancias para clasificar el riego de cancinogenicidad cada una, generalmente sin demasiada controversia.
Pero en el caso del glifosato fue diferente. Después de su reclasificación, cientos y luego miles de personas diagnosticadas con linfoma no Hodgkin (expuestas a los herbicidas de Monsanto) presentaron una demanda contra el gigante agroquímico.
También inmediatamente después de la reclasificación de glifosato de la IARC y hasta el día de hoy, los científicos del cáncer se convirtieron en objeto de una condena generalizada por parte de una variedad de organizaciones, personas e incluso algunos legisladores estadounidenses. Se les ha acusado de que ellos no operan basados en una ciencia sólida, sino en nombre de una agenda política, por lo que seleccionan los datos que presentan y promocionan una “ciencia basura” Las críticas se han magnificado y repetido en todo el mundo a través de noticias, artículos de opinión, blogs, Internet y otros medios.
Los documentos internos de Monsanto que fueron reveladas como consecuencia de las más de 11 mil demandas presentadas contra la compañía muestran que, entre otras tácticas, Monsanto ha estado utilizando secretamente a terceros para sus mensajes anti-IARC, porque los ejecutivos de la compañía y los agentes de relaciones públicas pensaron que la información aparecería como más creíble si provenía de entidades distintas a Monsanto.
En su declaración, a Murphey se le preguntó cuánto gastaba la compañía tratando de poner en duda la clasificación de la IARC.
Aquí está un poco del diálogo:
El abogado del demandante Pedram Esfandiary: “Entonces, es cierto que Monsanto ha asignado millones de dólares para responder a la clasificación de la IARC, ¿correcto?”
Murphey: “Nosotros, tenemos, tuvimos que gastar una cantidad significativa de recursos, durante varios años, para corregir la información errónea y para hacer preguntas al público sobre el glifosato”.
Esfandiario: "¿Monsanto ha asignado millones de dólares para responder a la clasificación de la IARC?"
Murphey: “Si”
Esfandiario: “¿Sabe aproximadamente cuánto le asignó Monsanto en 2016?”
Murphey: “Solo puedo hablar en el contexto de actividades de asuntos públicos, cosas en las que habría estado involucrado directamente. Pero en 2016, creo que para algunos de los proyectos en los que participé, fue alrededor de 16 o 17 millones”.
Esfandiario: “16 o 17 millones de dólares ... ¿se asignaron para responder a la reclasificación del IARC?
Murphey: “No, no específicamente y únicamente centrado en el IARC. Se centró en el compromiso y las relaciones con los medios y otras actividades sobre el glifosato, en general”.
Luego, Esfandiary le preguntó a Murphey cuánto le habría costado a la compañía realizar una prueba de bioensayo de cáncer a largo plazo de sus productos de glifosato formulados, algo que la compañía ha reconocido que nunca hizo. Murphey dijo que no sabía.
El año 2016 fue un momento particularmente crítico para Monsanto porque, además de enfrentar los litigios, la licencia de glifosato de la compañía estaba en proceso de renovación en Europa, y la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos también estaba revisando el registro del glifosato.
¿Cómo se gastó el dinero?
En la deposición, se le preguntó a Murphey sobre un documento interno de Monsanto de julio de 2015 llamado “Seguimiento a la IARC” que citaba que uno de los objetivos era “invalidar la relevancia de IARC” y “proteger la libertad para operar” (FTO). Se le preguntó sobre una serie de acciones emprendidas para minimizar o desacreditar el trabajo de IARC que se expusieron en esa y otras comunicaciones internas de Monsanto. Varias páginas de la deposición están completamente redactadas, por orden judicial, por lo que no es posible ver todo lo que dijo Murphey en su deposición. Pero aquí hay algunos ejemplos de lo que se discutió: con Murphey:
* Amplificación de mensajes “pro-glifosato / Roundup” a través de “canales de terceros”. Un ejemplo del uso de un grupo externo que expresen la posición de Monsanto, fue un artículo que apareció en la plataforma de colaboradores de Forbes que parecía haber sido escrito por Henry Miller, quien en ese momento era miembro de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford. Los documentos internos de Monsanto muestran que el texto que critica a la IARC, fue en realidad redactada por Monsanto, y enviada a Miller con una solicitud para que publique los materiales.
* Otras maniobras de Op-Ed (1). Justo antes de la clasificación de la IARC, el ejecutivo de Monsanto, Dan Goldstein, discutió cinco “proyectos Op-Ed” potenciales, que había escritospara médicos toxicólogos que incluían “párrafos sobre las críticas a la IARC”. Goldstein enviaba borradores de artículos de opinión por correo electrónico a doctores y científicos con la esperanza de que adoptarían los borradores como propios y los publicarían. Monsanto estaba disponible para “coordinar las versiones de Op-Ed”.
* Estrategia “No dejar que nada pase”. Según Murphey, la iniciativa consistió en “monitorear cuidadosamente la cobertura de los medios” con énfasis en la Unión Europea. “Teníamos una serie de mercados, estábamos priorizando”, dijo Murphey. El proyecto requería monitorear historias y resaltar o marcar aquellas que contenían lo que Monsanto consideraba como información incorrecta o errónea sobre la compañía o sus productos, o historias que no incluían la perspectiva o el punto de vista de la compañía. Luego, se asignaría a alguien para dar seguimiento a esos reporteros, “llamando de manera proactiva a los reporteros en esos casos, para compartir con ellos contextos adicionales y alentar a esos reporteros a comunicarse con nosotros en el futuro”, dijo Murphey.
* Otro ejemplo del trabajo de Murphey fue convencer a un reportero de Reuters que escriba una historia que socave la validez de la reclasificación IARC fue. Los correos electrónicos internos de Monsanto mostraron que Murphey envió un paquete de temas de conversación y una narrativa sugerida a la reportera de Reuters Kate Kelland, pidiéndole que escribiera una historia que acusaba a Aaron Blair, presidente del grupo de trabajo de IARC sobre el glifosato, que ocultó datos que habrían cambiado la conclusión de IARC sobre el glifosato. Murphey le dijo a Kelland, en un correo electrónico de abril de 2017, que se trataba de “información de vital importancia y que se debe ser informada”. También le dijo que tratara la información que le envió como “antecedentes”, lo que significa que no debería mencionar que obtuvo la idea de la historia y los materiales de Monsanto. Kelland luego escribió la historia que Monsanto quería. Una declaración de Aaron Blair indicó que las acusaciones presentadas en la historia eran falsas, pero Kelland no incluyó una copia de la declaración con su historia. La historia fue promovida por Monsanto y organizaciones de la industria química y anuncios de Google, y fue recogida y repetida por los medios de comunicación de todo el mundo. Murphey dijo en su declaración que no presionó demasiado a Kelland, y Monsanto creía que la historia era válida e importante. “Una vez que proporcioné la información inicial - a la Sra. Kelland, ella tenía la libertad de hacer con esa información lo que considerara oportuno”, dijo. “Y la decisión de investigar una historia y, finalmente, publicarla finalmente fue su decisión y la decisión de sus editores en Reuters”.
* Otro ejemplo del trabajo de Murphey fue convencer a un reportero de Reuters que escriba una historia que socave la validez de la reclasificación IARC fue. Los correos electrónicos internos de Monsanto mostraron que Murphey envió un paquete de temas de conversación y una narrativa sugerida a la reportera de Reuters Kate Kelland, pidiéndole que escribiera una historia que acusaba a Aaron Blair, presidente del grupo de trabajo de IARC sobre el glifosato, que ocultó datos que habrían cambiado la conclusión de IARC sobre el glifosato. Murphey le dijo a Kelland, en un correo electrónico de abril de 2017, que se trataba de “información de vital importancia y que se debe ser informada”. También le dijo que tratara la información que le envió como “antecedentes”, lo que significa que no debería mencionar que obtuvo la idea de la historia y los materiales de Monsanto. Kelland luego escribió la historia que Monsanto quería. Una declaración de Aaron Blair indicó que las acusaciones presentadas en la historia eran falsas, pero Kelland no incluyó una copia de la declaración con su historia. La historia fue promovida por Monsanto y organizaciones de la industria química y anuncios de Google, y fue recogida y repetida por los medios de comunicación de todo el mundo. Murphey dijo en su declaración que no presionó demasiado a Kelland, y Monsanto creía que la historia era válida e importante. “Una vez que proporcioné la información inicial - a la Sra. Kelland, ella tenía la libertad de hacer con esa información lo que considerara oportuno”, dijo. “Y la decisión de investigar una historia y, finalmente, publicarla finalmente fue su decisión y la decisión de sus editores en Reuters”.
Murphey dijo que no había nada nefasto en los esfuerzos que realizó Monsanto después de que se publicara la opinión sobre la monografía de la IARC. Dijo que el plan de la compañía involucraba “el compromiso de proporcionar información a terceros, compartir temas de conversación y otros recursos” junto con “divulgación a los medios de comunicación, para garantizar - en su cobertura - el equilibrio y la precisión; el contexto y la perspectiva correctos sobre la ciencia de nuestro producto”.
“Después de la clasificación de la IARC, fuimos muy francos al involucrarnos con los grupos agrícolas, reporteros, medios sociales, para compartir los puntos de vista de la compañía", dijo Murphey en la declaración. “Nosotros, nos mantuvimos, y mantuvimos informados a los grupos agrícolas y a otros. Nos complació que muchos de ellos continuaran hablando también sobre lo que consideraban una clasificación inexacta. Pero Monsanto siempre fue muy directo al compartir nuestras opiniones sobre la clasificación”.
Nota:
(1) Op-ed, abreviatura del inglés “opposite the editorial page” -opuesta al editorial- es un artículo de opinión de un escritor destacado que usualmente no pertenece al comité editorial del periódico.
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