El sistema de cultivo norteamericano se debilita por los transgénicos y el monocultivo
RED POR UNA AMÉRICA LATINA
LIBRE DE TRANSGÉNICOS
BOLETÍN 562
EL          SISTEMA DE CULTIVO          NORTEAMERICANO SE DEBILITA POR LOS TRANSGÉNICOS Y EL          MONOCULTIVO
Eva Sirinathsinghji - ISIS
2        agosto, 2013
Este informe del Instituto of Science in Society (ISIS) del Reino Unido analiza los últimos datos de los rendimientos de los cultivos norteamericanos a base de semillas transgénicas y alta utilización de agrotóxicos y los compara con los rendimientos de cultivos europeos donde no se utilizan semillas intervenidas y con mucho menos utilización de venenos agrarios. Resistencia, rendimientos, uso de pesticidas y diversidad genética, todo mucho peor que los cultivos no transgénicos de Europa.
Un        nuevo estudio        muestra que el sistema básico de cultivo del Medio Oeste de los        Estados Unidos,        donde predominan los cultivos modificados genéticamente, se está        quedando atrás        con respecto a otras regiones de desarrollo económico y        tecnológico similares.        Europa Occidental, por ejemplo, supera a los Estados Unidos ( y        Canadá) en        cuanto a rendimientos, el uso de pesticidas, la diversidad        genética y la        resiliencia de los cultivos, así como el bienestar de los        agricultores.
El        estudio, dirigido        por Jack Heinemann de la Universidad de Canterbury, Nueva        Zelanda, es una dura        crítica a este modelo a gran escala, el monocultivo en los        Estados Unidos, el        mayor productor mundial de maíz según los registros que se        tienen desde 1961,        confiando en producir cada vez más ante una población en aumento        (1). Esto es        una advertencia para el Ministro de Alimentación y Agricultura        del Reino Unido        Owen Paterson, que propone la introducción de los cultivos        transgénicos en el        Reino Unido (2).
MOSQUITOS:        APLICANDO        AGROTÓXICOS SOBRE CULTIVOS DE SOJA TRANSGÉNICA
Comparación            entre los            rendimientos de los cultivos en Estados Unidos y Europa
Los        datos del        rendimiento del maíz, la colza, la soja y el algodón se        obtuvieron de la base        de datos de la organización para la Alimentación y la        Agricultura de las        Naciones Unidas (FAO), de Estados Unidos, Canadá y los        siguientes países        europeos: Austria, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Alemania,        Países Bajos y        Suiza. Se utilizaron los registros desde 1961 a 2011, mientras        que los datos de        2011 y 2012 se incluyeron por medio de proyecciones y        estadísticas adicionales.        Se realizaron análisis de covarianza (estadísticas ANCOVA) para        comprobar si el        rendimiento difería significativamente entre localidades, años,        porcentaje de        cultivos transgénicos y cualquier otro tipo de interacción.
Primero        se compararon        la colza y el maíz, que tienen agroecosistemas similares        (latitud, temporada de        cultivo y sistemas agrícolas comparables en acceso a la        biotecnología…). La        principal diferencia entre los dos continentes es que los        Estados Unidos está        saturado de variedades transgénicas, en comparación con su casi        total ausencia        en Europa Occidental. Entre 1961 y 1986, el rendimiento medio de        los cultivos        de maíz en los Estados Unidos fue de 5700 kg por hectárea, más        que en Europa,        que fue de 5438 kg por hectárea. Sin embargo, después de 1986,        se produjo un        cambio significativo en el rendimiento entre las regiones        comparadas. En Europa        Occidental el promedio fue de 8290 kg por hectárea, algo por        encima de los 8284        en los Estados Unidos ( véase el cuadro 1, expresado en        hectogramos). Esto        viene a decirnos que los cultivos transgénicos no han supuesto        ningún beneficio        para los Estados Unidos, contrariamente a lo que se ha dicho, y        el aumento de        los rendimientos en ambas regiones se debe a una mejora de la        gestión y del        cultivo convencional.
 Además, la diferencia entre        el potencial estimado        de rendimiento y el rendimiento real, brecha de rendimiento, es        menor en        Europa. Durante el período de 1961-2010, los Estados Unidos        alcanzaron unos        promedios de rendimiento significativamente más amplios, pero si        se tiene en        cuenta la interacción entre año y ubicación, se observa un        aumento más        pronunciado en el rendimiento del maíz en Europa en los últimos        años, algo        coherente con unos mayores rendimientos en Europa que en los        Estados Unidos, a        pesar de que aquí se utilizan cultivos transgénicos. Los datos        de rendimiento a        partir de 2011, y los rendimientos proyectados para 2012,        revelan una tendencia        a la baja en los Estados Unidos en comparación con Europa. Las        fluctuaciones en        los rendimientos son más acusadas en los Estados Unidos, un        signo de resistencia        a los factores de estrés ambiental, que también pueden        desencadenar cambios        importantes en los precios de los productos agrícolas.
    Figura 1: Los datos de        rendimiento del maíz        muestran un mayor aumento en Europa en comparación con los        Estados Unidos, a        pesar de que en Europa se cultivan muy poco las variedades        genéticamente        modificadas.
 La colza ( o canola) muestra        un patrón similar        cuando se comparan los rendimientos obtenidos en Canadá, el        siguiente país en        adoptar los cultivos transgénicos después de los Estados Unidos,        con los        rendimientos obtenidos en Europa. El rendimiento medio ha sido        siempre menor en        Canadá, con unos 1100 kg por hectárea durante le período        1961-1985, y una        diferencia promedio aún mayor entre 1986 y 2010, período en el        que aparecen los        cultivos transgénicos en Canadá, pero no en Europa, con 1730 kg        por hectárea. Los        rendimientos del trigo han aumentado de manera constante en        ambas regiones,        pero aumentan a mayor ritmo en Europa. En ninguna región crece        el rendimiento        del trigo transgénico, subrayando una vez más que el incremento        en los        rendimientos en los últimos años no depende de las tecnologías        de modificación        genética y que las tecnologías utilizadas en Europa están        mostrando una mayor        productividad que en los Estados Unidos.
BAJA        DIVERSIDAD        GENÉTICA EN LOS CULTIVOS ESTADOUNIDENSES
A        pesar de su tamaño,        los agroecosistemas de los Estados Unidos tienen niveles muy        bajos de        diversidad genética, con el 80 al 85% del maíz, por ejemplo,        basado en la        modificación del citoplasma T, en la década de 1980. Muchos        cultivos básicos        han visto disminuir las variedades anteriormente existentes.        Como señala la        FAO, China pasó de poseer 10.000 variedades de trigo en 1949 a        1000 en 1970,        mientras que los Estados Unidos ha perdido el 95% de las        variedades de        coliflor, el 91% de las variedades de maíz, el 94% de las del        guisante y el 81%        de las variedades de tomate que poseía el siglo pasado.
Las        fuerzas económicas        y legislativas siguen promoviendo la uniformidad. La política        agrícola de los        Estados Unidos afecta a la sostenibilidad : en la innovación (        con la        aplicación y desarrollo de las licencias y derechos de propiedad        intelectual);        y las subvenciones públicas. Las subvenciones aumentan con una        mayor superficie        de cultivo, con lo que se promociona el monocultivo. Esto        supondría una        reducción en el coste del control de plagas, en la cosecha y la        mecanización,        lo cual también ha sido el impulsor de los cultivos        transgénicos. Con los        enormes subsidios agrícolas otorgados a las explotaciones        agrícolas, los        Estados Unidos puede vender los cultivos básicos como el maíz,        el trigo, el azúcar        y la leche a un 73, 67, 44 y 61% del precio de coste en el        mercado mundial, lo        que probablemente socave la aparición de más sistemas        sostenibles de        producción. La baja diversidad en los cultivos ha llevado        históricamente a una        incertidumbre en la producción de alimentos y en los precios.
La        enorme producción a        la que han llegado los cultivos básicos ha supuesto en contra        una reducción en        las variedades de semilla de las que pueden disponer los        pequeños agricultores        y los agricultores más pobres, así como los agricultores de        producción        ecológica. Mientras, los cultivos básicos son utilizados a gran        escala por las        industrias no alimentarias, utilizándose para producir        cosméticos o        medicamentos, por ejemplo, desodorantes, antibióticos, tabaco,        combustibles,        pastas y adhesivos, productos textiles, materiales de        construcción o        disolventes, entre otros. El control que ejercen las grandes        Corporaciones        sobre estos cultivos tienen consecuencias más allá de las        fronteras nacionales.        Los Estados Unidos ha pasado de un sistema basado en el ahorro y        el intercambio        público de semillas entre grandes y pequeños agricultores en el        siglo XIX, a        uno basado en las patentes y la protección de las patentes de        las distintas        variedades, semillas que no pueden guardarse para la próxima        plantación. La        aparición de variedades híbridas en la década de 1970, con su        consiguiente        patente biológica y sin que los rasgos se transmitan a las        siguientes        generaciones, ha dado el control de las semillas a las grandes        empresas, que        mantienen la patente legal sobre las mismas. Esto ha llevado a        la desaparición        de muchos empresas de semillas a pequeña escala… Las patentes        sobre los        cultivos transgénicos están ampliando esta tendencia. Reservar        semillas de soja        era algo común hasta que aparecieron los cultivos modificados        genéticamente,        que quedaron bajo el control de las patentes en la década de        1990.
Esta        concentración en        manos de las Empresas conduce a una pérdida en la        agrodiversidad. La epidemia        de tizón en la hoja de maíz de 1970 es un claro ejemplo de la        falta de        diversidad genética, lo que supone un riesgo para la seguridad        alimentaria,        dejando al descubierto los peligros y la insostenibilidad de la        práctica del        monocultivo y la uniformidad genética.
¿Qué        ha pasado con la        diversidad de semillas como resultado del desarrollo de las        innovaciones        agrícolas en los Estados Unidos? Si miramos el catálogo que        Monsanto envió al        Departamento de Justicia ante la investigación por la        investigación        antimonopolio de la industria de semillas de Estados Unidos, el        equipo de        Heinemann analizó el número de variedades de semillas que se        ofertaban.        Encontraron que la base genética del maíz era mucho más estrecha        que lo que        parecía en principio por los nombres y números que tenían        asignados. Hay una        única variedad de maíz, Redd Dent Yellow, que supone el 47% de        la reserva        genética que se utiliza para crear variedades híbridas. El        germoplasma se        limita a 7 líneas puras de donde salen casi todo el maíz        estadounidense.        Hallazgos similares se han observado en las variedades de soja,        con una        disminución del 13% entre 2005 y 2010 en el número de variedades        que se pueden        cultivar. Una disminución en la biodiversidad es consistente con        la disminución        de los rendimientos en la última década, más o menos, con        fenómenos adversos,        tales como altas temperaturas y sequía. Las predicciones de los        rendimientos        para el maíz y la soja para 2012 son las más bajas desde 2003.
Con        esta preocupante        tendencia en la disminución de los rendimientos se produce un        aumento de la        dependencia mundial en el consumo de calorías procedentes de los        cereales.        Aunque en el mundo se producen más calorías procedentes de los        alimentos que en        1970, la proporción de calorías derivadas del maíz aumentó un 4%        en 1970,        frente al 5% de 2007. Esta fuerte dependencia hacia un cultivo        muestra la gran        inestabilidad y la falta de sostenibilidad debido a estrés por        factores        bióticos y abióticos. Esto supone un claro contraste con los        avances        agroecológicos realizados sobre la base de una mayor diversidad        en los cultivos        de arroz, con menor uso de plaguicidas y mayores ingresos de los        agricultores.        La alternancia del cultivo del maíz y el tabaco, el maíz con la        caña de azúcar,        el maíz con las patatas y trigo con habas, ha demostrado que        aumenta los        rendimientos de al menos uno de los cultivos, o incluso los        rendimientos        globales, así como la reducción en las plagas (3).
Mayor        uso de        plaguicidas en los Estados Unidos
El        uso de plaguicidas        ha aumentado en su conjunto desde que aparecieron los cultivos        transgénicos (véase        [4] Study Confirms GM Crops Increase Pesticide Use, SiS 56), en        gran parte        debido a que se ha introducido los cultivos transgénicos        tolerantes al        herbicida Roundup de Monsanto. El uso de insecticidas ha        disminuido        ligeramente, pero este resultado queda eclipsado por el aumento        en el uso de        herbicidas. Esto coincide con la introducción de los cultivos Bt        modificados        genéticamente que producen un insecticida ( que no está incluido        en la lista        oficial de los plaguicidas que se emplean). Sin embargo, en        Europa se ha        observado una disminución en el uso de plaguicidas en el mismo        período. En los        Estados Unidos en 2007, el uso de herbicidas creció en un 108%        desde los        niveles de 1995, mientras que el uso de insecticidas se redujo        al 85% de los        niveles de 1995. En Europa, sin embargo, se observaron        reducciones más        impresionantes: Francia redujo su uso hasta el 94% de los        niveles de 1995 y el        uso de insecticidas químicos al 24% de los niveles de 1995. En        el año 2009,        herbicidas y pesticidas se redujeron al 82% y al 12% de los        niveles de 1995. Se        observan tendencias similares en Suiza y Alemania.
Campos quemados con            herbicidas en “barbecho            químico”, esperando la siembra de la soja transgénica
     Agricultores sometidos al sistema del monocultivo
Otro        perjuicio del        sistema de monocultivos ha recaído en los agricultores. El        número de        explotaciones ha disminuido desde su máximo de 1935, con la        pérdida de 2        millones de explotaciones en el año 2007, a pesar de que la        cantidad de        superficie cultivada sigue siendo la misma. En el caso del maíz,        el 69% se        cultiva en grandes o muy grandes explotaciones, como señala la        USDA, es decir,        con unas ventas de más de 250.000 y 500.000 dólares        respectivamente. Por otro        lado se encuentra la incapacidad de los agricultores para        innovar y producir        nuevas variedades, debido a la monopolización del mercado de        semillas y los        derechos de propiedad intelectual, que han abolido prácticamente        los programas        públicos de mejora de semillas. Como señalan los autores (1):         “La pérdida de        experimentación por parte de los agricultores probablemente        produzca una falta        de resistencia y adaptación al cambio climático, los desastres        naturales o como        resultado de los conflictos”. El sistema de cultivos        transgénicos, con sus        acuerdos de patentes de propiedad intelectual y desarrollo        comercial, ha        contribuido a la concentración del mercado de semillas, como se        observa en las        variedades de soja que se plantan hoy en día: un 0,5% de las        variedades de soja        fueron desarrolladas por el sector público en 2007, en        comparación con el 70%        de 1980. Los precios de las semillas han aumentado en un 140%        desde 1994. El        cambio climático está afectando a los rendimientos globales de        la soja desde        los años 1980 y 1990, sin que haya evidencias de que las        patentes biológicas        hayan aumentado la resistencia de los cultivos
UNA        ADVERTENCIA PARA        LOS ESTADOS UNIDOS Y EL RESTO DEL MUNDO
Las        lecciones de la        epidemia de 1972 de la roya de la hoja de maíz todavía parecen        no haberse        aprendido. El Comité para la vulnerabilidad genética de los        principales        cultivos del Consejo Nacional de Investigación de los Estados        Unidos, en su        momento planteó la siguiente pregunta: “¿Que uniformidad        genética existe en los        cultivos de los que depende la nación y qué vulnerabilidad        tienen ante las epidemias?        La respuesta fue que la mayoría de los principales cultivos        tienen “una gran        uniformidad genética y por lo tanto son vulnerables y es el        resultado de la        política legislativa y económica del Gobierno”.
Los        autores        recomiendan una serie de estrategias que deben ser llevadas a        cabo por los        Estados Unidos para que de nuevo sea un enorme reservorio de        semillas y sus        variedades, en lugar del actual sistema antidemocrático e        insostenible, al que        están sometidos los agricultores estadounidenses y del resto del        mundo.
Tres        sugerencias        principales se incluyen: la elaboración de estadísticas anuales        sobre la        diversidad genética junto con los factores de estrés ambiental,        para así        obtener una imagen de la resistencia de los cultivos y su        rendimiento: en        segundo lugar, el fomento de la biodiversidad a través de        políticas, por        ejemplo, mediante subvenciones; en tercer lugar, en lugar de        mirar solamente        los rendimientos de los cultivos, la meta debiera ser la de        seleccionar los        cultivos son rendimientos sostenibles a largo plazo.
Los        cultivos        transgénicos, que es la versión extrema de la agricultura        industrial, está        obstruyendo el paso a métodos más sostenibles para la producción        de alimentos,        con una reducción de los rendimientos, pero asociándose también        con efectos        sobre la salud humana e impactos ambientales negativos, como se        señala en Ban        GMOs Now – Special ISIS Report [5]. Para aumentar el rendimiento        de las        cosechas, proteger el medio ambiente y proteger la salud de los        ciudadanos de        todo el mundo, los cultivos transgénicos deben ser prohibidos.
REFERENCIAS:
1-  Heinemann JA , Massaro M,        Coray DS,        Agapito-Tenfen SZ, Wen JD. Sustainability and innovation in        staple crop        production in the US Midwest. International Journal of        Agricultural        Sustainability 2013,         http://dx.doi.org/10.1080/
2-   “Owen Paterson: UK must        become global leader        on GM crops”, Guardian.com         http://www.guardian.co.uk/
3-   Lee EA & Tracy WF.        Modern maize        breeding. In: J. Bennetzen and S. Hake, eds. Handbook of maize:        genetics and        genomics. New York, NY: Springer, 141–160
4-  Sirinathsinghji E. Study        Confirms GM crops        lead to increased Pesticide Use.Science in Society 56, 8-10,        2012
5-   Ho MW &        Sirinathsinghji E. Ban GMOs Now.        Health and Environmental Hazards Especially in Light of the New        Genetics. ISIS        Special Report, 2013. http://www.i-sis.org.uk/Ban_
Traducido        por         “Noticias de abajo”
 
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