No a la liberación de maíz transgénico en Nicaragua, centros de origen y diversidad

 Álvaro Fonseca
Ha salido en las noticias la intención de sembrar maíz transgénico en Nicaragua. Por distintas razones de tipo ambiental, legal y social no debemos autorizar la introducción y siembra experimental  o comercial de cultivos transgénicos a nuestro país.
Desde el punto de vista de la ciencia y el ambiente es una insensatez total pretender sembrar maíz transgénico en Nicaragua que pertenece a Mesoamérica, lugar donde se originó el maíz. Mesoamérica, que comprende Centroamérica y el sur de México, es un lugar especial del mundo, pues es un centro de origen de plantas cultivadas de importancia mundial como el frijol, cacao, los ayotes y el maíz. Al sembrar maíz transgénico en Nicaragua, que cuenta con más de 100 variedades criollas de maíz (olotillo, pujagua, tuza morada, etc.),  hay un riesgo real de contaminar y dañar para siempre nuestras variedades autóctonas con los genes de las especies transgénicas.   
¿Por qué ocurre esta amenaza?  Es simple. Los cultivos transgénicos no son producto de una tecnología más, donde si algo no funciona se quita y ya. No es así. Un organismo genéticamente modificado es un ser vivo y como tal puede pasar sus genes de generación en generación. Lo que liberemos hoy, si hay polinización abierta y flujo génico como en el caso del maíz, va a permanecer en el ambiente y no lo podemos retirar. Estamos jugando con fuego y las consecuencias son impredecibles como el caso de la miel mexicana. Ahí ocurrió que la miel de exportación a Europa fue contaminada con polen de soya transgénica y más de 40 mil familias campesinas que dependen de este producto fueron castigadas con menores precios.
Asimismo el posible ingreso de maíz transgénico entra en contradicción con varias leyes nacionales, como la Ley General del Ambiente, Ley de Fomento a la Producción Agroecológica, Reglamento de Áreas Protegidas. Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria, entre otras.
La promesa de las grandes empresas fabricantes de semillas transgénicas de aumentar el rendimiento o disminuir la incidencia de plagas no se ha cumplido. Un informe de la Academia Nacional de Ciencias de los EE. UU. indica que “los datos nacionales de maíz, algodón y soja en Estados Unidos no muestran que la tecnología transgénica afecte significativamente al índice de aumento de rendimiento". El informe también indica que la resistencia de los cultivos transgénicos a ciertos herbicidas e insecticidas está provocando un "grave problema agronómico".
Nuestras variedades criollas de maíz tienen la suficiente diversidad y variabilidad genética para adaptarse y tolerar las difíciles condiciones de clima, sequía, plagas, enfermedades y calidad de los suelos que afectan al cultivo. No necesitamos transgénicos. Lo que necesitamos es estudiar mejor nuestras variedades nativas, resguardarlas y promoverlas. Es más barato y efectivo y tiene el respaldo de miles de productores que ya las siembran a lo largo y ancho de Nicaragua.
Nicaragua ha padecido suficientes desgracias por ignorar el funcionamiento de la naturaleza. No cometamos otra torpeza más. Mejor declaremos a Nicaragua país libre de cultivos transgénicos. Nos puede abrir oportunidades en mercados deseosos de consumir productos sin transgénicos.
* Experto en medio ambiente y desarrollo.
alvaro_fonseca_zamora@yahoo.es
Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/420223-nuestro-maiz-amenazado-transgenicos/

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