La Blanca Agonía de los Algodoneros de Córdoba - Colombia
El Meridiano de Córdoba
20 de marzo de 2012
Por AQUILINO LONDOÑO SERRANO
Para conocer la verdadera realidad de la decadencia del cultivo del algodón en el país y principalmente en Córdoba debemos remontarnos a unas cinco o seis décadas atrás. Hoy día ni siquiera la inclusión de sofisticadas semillas transgénicas, palabra esta que nuestros agricultores, en especial los pequeños, ni siquiera han podido digerir y que dicho sea de paso los ha llevado a la ruina. Para tener claridad sobre el tema veamos que es una semilla transgénica: Es un OMG (Organismo Modificado Genéticamente) es una forma de vida nueva, algo que no está contemplado en la naturaleza, resultado de la combinación genética entre dos o más organismos. Un OMG es un organismo cuyo material genético ha sido manipulado en un laboratorio genético alterando su ADN con el propósito de otorgarle características específicas, como ejemplo podemos citar la soja transgénica, las berenjenas transgénicas, los tomates transgénicos o los alimentos desarrollados en sequía extrema entre otros.
El cultivo del algodón en Colombia tuvo su época dorada entre 1950 y 1977. En este período la producción de algodón aumentó casi 25 veces. En1977 se sembraron 380 mil hectáreas, más de 75% del área sembrada en la Costa Atlántica y el resto en el interior del país, y el cultivo generó más de 480 mil empleos. Entre 1978 y 1992 se presentó una fuerte crisis del sector algodonero, generado por las erróneas políticas gubernamentales, la explosión de plagas en el cultivo por el mal manejo agronómico en el uso de pesticidas, la disminución de los precios internacionales, la reducción de los aranceles para la importación, y el aumento en los costos de los pesticidas y maquinaria agrícola, entre otros. El desplome de la producción nacional se dio entre 1992 y 1999; como resultado de la apertura económica y la revaluación, el área sembrada pasó de 260 mil hectáreas en 1992 a solo 50 mil hectáreas en1999. A partir de 1993 el país inició la importación de fibra subsidiada, desde Estados Unidos; situación que se ha profundizado hasta llegar actualmente a importar más del 65% del consumo nacional. Para el año 2007 solo quedaban 54 mil 497 hectáreas sembradas y se importaron más de 50 mil toneladas de fibra; un grave problema socioeconómico tuvo lugar en estas regiones por el empleo perdido con la crisis el cual sigue vigente y empeorando.
La situación de los algodoneros no pueden ser peor y con el agravante que no tienen ni idea de las pretensiones de las multinacionales que tienen el control monopólico de las semillas y de los insumos agrícolas, las cuales dejan sin opciones a los agricultores, quienes finalmente no pueden obtener semillas no transgénicas. Estos señores le vende a los agricultores las "bondades de la tecnología", que los cautiva y los amarra mediante la firma de contratos "Leoninos", que solo beneficia a las empresas; pero cuando las semillas no funcionan y fracasan los agricultores, la empresa no pone la cara. Según ellos los fracasos se dan por el mal uso de las tecnologías y las labores culturales exigidas por ellos para tal fin y las cuales no están al alcance de los pequeños agricultores, sumado esto al alto costo de la famosa semilla.
20 de marzo de 2012
Por AQUILINO LONDOÑO SERRANO
Para conocer la verdadera realidad de la decadencia del cultivo del algodón en el país y principalmente en Córdoba debemos remontarnos a unas cinco o seis décadas atrás. Hoy día ni siquiera la inclusión de sofisticadas semillas transgénicas, palabra esta que nuestros agricultores, en especial los pequeños, ni siquiera han podido digerir y que dicho sea de paso los ha llevado a la ruina. Para tener claridad sobre el tema veamos que es una semilla transgénica: Es un OMG (Organismo Modificado Genéticamente) es una forma de vida nueva, algo que no está contemplado en la naturaleza, resultado de la combinación genética entre dos o más organismos. Un OMG es un organismo cuyo material genético ha sido manipulado en un laboratorio genético alterando su ADN con el propósito de otorgarle características específicas, como ejemplo podemos citar la soja transgénica, las berenjenas transgénicas, los tomates transgénicos o los alimentos desarrollados en sequía extrema entre otros.
El cultivo del algodón en Colombia tuvo su época dorada entre 1950 y 1977. En este período la producción de algodón aumentó casi 25 veces. En1977 se sembraron 380 mil hectáreas, más de 75% del área sembrada en la Costa Atlántica y el resto en el interior del país, y el cultivo generó más de 480 mil empleos. Entre 1978 y 1992 se presentó una fuerte crisis del sector algodonero, generado por las erróneas políticas gubernamentales, la explosión de plagas en el cultivo por el mal manejo agronómico en el uso de pesticidas, la disminución de los precios internacionales, la reducción de los aranceles para la importación, y el aumento en los costos de los pesticidas y maquinaria agrícola, entre otros. El desplome de la producción nacional se dio entre 1992 y 1999; como resultado de la apertura económica y la revaluación, el área sembrada pasó de 260 mil hectáreas en 1992 a solo 50 mil hectáreas en1999. A partir de 1993 el país inició la importación de fibra subsidiada, desde Estados Unidos; situación que se ha profundizado hasta llegar actualmente a importar más del 65% del consumo nacional. Para el año 2007 solo quedaban 54 mil 497 hectáreas sembradas y se importaron más de 50 mil toneladas de fibra; un grave problema socioeconómico tuvo lugar en estas regiones por el empleo perdido con la crisis el cual sigue vigente y empeorando.
La situación de los algodoneros no pueden ser peor y con el agravante que no tienen ni idea de las pretensiones de las multinacionales que tienen el control monopólico de las semillas y de los insumos agrícolas, las cuales dejan sin opciones a los agricultores, quienes finalmente no pueden obtener semillas no transgénicas. Estos señores le vende a los agricultores las "bondades de la tecnología", que los cautiva y los amarra mediante la firma de contratos "Leoninos", que solo beneficia a las empresas; pero cuando las semillas no funcionan y fracasan los agricultores, la empresa no pone la cara. Según ellos los fracasos se dan por el mal uso de las tecnologías y las labores culturales exigidas por ellos para tal fin y las cuales no están al alcance de los pequeños agricultores, sumado esto al alto costo de la famosa semilla.
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