“Monsanto demanda a Argentina. Finalmente la empresa estadounidense cumplió sus amenazas, y presentó demandas judiciales en Dinamarca y Holanda”.
Esto está pasando en el mundo: “El Gobierno indio está preparando cargos contra Monsanto, la compañía agrícola estadounidense especializada en biotecnología, por apropiarse de técnicas agrícolas indígenas y de sus conocimientos para desarrollar una berenjena genéticamente modificada. Aunque la compañía ha negado las acusaciones de lo que se ha denominado “biopiratería”, el caso podría sentar un precedente para el futuro de las leyes de patentes a nivel mundial.” “Alemania prohibió el cultivo de una variedad de maíz genéticamente modificada, la única de su tipo que tiene el aval de la UE para ser producida y comercializada dentro de los países del bloque. La medida, anunciada por la ministra alemana de Agricultura, constituye un revés para la empresa multinacional Monsanto, que produce la variedad conocida como MON 810”. “La variedad de maíz transgénico ha sido objeto de controversia en Europa. Otros 5 países —Francia, Austria, Hungría, Luxemburgo y Grecia— aplicaron una prohibición provisional a ese tipo de maíz.” “Negaban que los genes de cultivos genéticamente modificados pudieran escaparse al ambiente y contaminar variedades de cultivos tradicionales. Ahora es oficial.” “El diario inglés The Guardian publicaba un artículo de Paul Brown que revelaba que los genes modificados de cereales habían pasado a plantas salvajes y creado un “supergrano” resistente a los herbicidas, algo “inconcebible” para los defensores de las semillas transgénicas.”
Escuchar de semillas mejoradas en Guatemala no es nuevo. Leemos de un café “mejorado” que quieren introducir, ayer unas moras. ¿Qué quiere decir mejoradas? ¿Son mejoradas naturalmente, como han venido haciendo por miles de años los campesinos de todo el mundo; o son mejoradas genéticamente al estilo MONSANTO?
La diferencia es abismal, y no estaría de más que nos informaran correctamente al respecto. Difícil, pues hay ignorancia sobre el tema, tanto entre empresarios y/o políticos, como por parte de la prensa y el bloque de generadores de opinión. Eso es peligroso. Hoy, miles de campesinos alrededor del mundo tienen un gran problema.
Hace unos meses circuló aquí una iniciativa de ley para regular los transgénicos. La importancia de crear una ley, más que para que se utilicen en nuestro territorio debía ser para que no lo permitamos, atendiendo al Principio de Precaución. Esto porque no tenemos la capacidad, como país, de mantener un control adecuado de esas siembras. Y el costo será altísimo.
El tema nos incumbe a todos, ya que de cualquier manera nos va a afectar. Ya sea porque yo tenga una parcela y mis siembras corran peligro, ya sea porque como consumidor tengo derecho a decidir qué le estoy metiendo a mi organismo, entre otros. Hoy hago un especial llamado a que nos informemos al respecto. Debería ser una discusión de nación, no algo que decidan solo los políticos y empresarios que pudieran verse beneficiados. Es vital que entendamos de qué hablamos y a lo que nos enfrentamos. Estas compañías poderosas corrompen y acá no tienen que esforzarse demasiado…
Investiguemos, pensemos y protejamos nuestras semillas.
Escuchar de semillas mejoradas en Guatemala no es nuevo. Leemos de un café “mejorado” que quieren introducir, ayer unas moras. ¿Qué quiere decir mejoradas? ¿Son mejoradas naturalmente, como han venido haciendo por miles de años los campesinos de todo el mundo; o son mejoradas genéticamente al estilo MONSANTO?
La diferencia es abismal, y no estaría de más que nos informaran correctamente al respecto. Difícil, pues hay ignorancia sobre el tema, tanto entre empresarios y/o políticos, como por parte de la prensa y el bloque de generadores de opinión. Eso es peligroso. Hoy, miles de campesinos alrededor del mundo tienen un gran problema.
Hace unos meses circuló aquí una iniciativa de ley para regular los transgénicos. La importancia de crear una ley, más que para que se utilicen en nuestro territorio debía ser para que no lo permitamos, atendiendo al Principio de Precaución. Esto porque no tenemos la capacidad, como país, de mantener un control adecuado de esas siembras. Y el costo será altísimo.
El tema nos incumbe a todos, ya que de cualquier manera nos va a afectar. Ya sea porque yo tenga una parcela y mis siembras corran peligro, ya sea porque como consumidor tengo derecho a decidir qué le estoy metiendo a mi organismo, entre otros. Hoy hago un especial llamado a que nos informemos al respecto. Debería ser una discusión de nación, no algo que decidan solo los políticos y empresarios que pudieran verse beneficiados. Es vital que entendamos de qué hablamos y a lo que nos enfrentamos. Estas compañías poderosas corrompen y acá no tienen que esforzarse demasiado…
Investiguemos, pensemos y protejamos nuestras semillas.
Comentarios